martes, 16 de febrero de 2010

Celdas


Daniel Monzón, director de Celda 211: "Un sistema que nace para proteger al individuo, cuando ve algún problema para perpetuarse, no tiene ningún problema en eliminarlo".

Monzón es demasiado optimista; no necesita ver problema alguno para eliminar al individuo, le basta con ignorarlo. El sistema es un monstruo sin cara humana, el Leviatán de Hobbes. Si el capitalismo no tiene nada que reprocharse éticamente, que dejen de oponerse a que se deshaga el secreto bancario de los paraísos fiscales; con ese dinero podría terminar no ya la miseria moral de ricos y delincuentes, sino la económica y educativa de los pobres, esto es, con la "mala distribución" de la moral y de la riqueza, aunque, curiosamente, sólo es de esta última de la que se habla; pero, por desgracia, el estado es el Leviatán de Hobbes: no cabe pedirle moral , garbanzos ni escuela a un monstruo.

1 comentario:

  1. Asistemático

    El problema del sistema es que es capaz de regenerarse desde sus cenizas o incluso pegarse fuego para renacer, es decir es asistémico ¿valen las dos?. Digo que tiende a comportarse como inmortal vamos. Y en la herencia tiene su continuidad.
    La eliminación de la misma es uno de los puntos del manifiesto fundacional de la AIT que siempre me pareció básico y que ha desaparecido de las reivindicaciones del lumpen. Ahora bien, los sistemas que surgieron en Europa al calor de la incontestable capacidad de liderazgo de Lenin cayeron en la trampa de la herencia, incluso Ilich se equivocó al elegir a su heredero. Más qué duro debe ser ver a tus herederos tomar caminos opuestos al tuyo. Lo digo para reflexionar sobre aquellos bénditos seres que besan como nadie hasta llegar a la pubertad.

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