Es lógico que los más ricos, siempre más compuestos y repuestos, paguen más impuestos, y es lógico porque tienen mayor capacidad de defraudar a hacienda y comprarse no ya abogados, sino jueces, políticos, policías, auxiliares de prisión, criminales y hasta a la madre que los parió y la abuela que los crió, como sabe cualquiera que les haya llevado las cuentas o tenga un contrato con ellos; siempre prefieren la contabilidad ingeniosa y paralela, los contratos informales y todas esas cosas con tal de no pagar un duro y seguir siendo ricos; es, pues, no sólo lícito, sino completamente ilícito y obligado hacerles pagar hasta por respirar (y aun ahogarlos con un almohadón). Y si se creen partidarios de la moral, que empiecen por quitarle esa legitimidad (de legi-timo) moral al paraíso moral que son los paraísos (o parasismos, parasímismos, para-ellos) fiscales, donde lavan la mierda/dinero de sus gruesos intestinos tanto quienes defraudan a Hacienda como los que matan por tener hacienda con la droga, la prostitución, la explotación y el asesinato. ¿Será que son los mismos marginales, que no marginados sociales, ricos y delincuentes? No hay mucha diferencia, la verdad, entre los que atracan los bancos desde fuera y desde dentro, y con mucha frecuencia incluso están bien compinchados. Y si no, que lo digan los que no dicen nada, o dicen menos de lo que saben, como yo, por ejemplo, y eso que me tengo por ingenuo.
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