Han descubierto que la señora De la Vega se ha puesto botox para desenrollarse las arrugas y aparecer más aceptable, o menos ofensiva, en Los desayunos de la 1. La comparación de fotos no deja lugar a dudas. Pero comparemos esta noticia con otra del mismo día; una banda peruana decapitó y desolló a 60 personas para extraerles la grasa humana y venderla a empresas de cosmética europea. El litro se vende a 15000 dólares, por lo visto; yo les daría la mía muy a gusto y gratis, no hay necesidad de matar, pero a esos les daba igual: les importaba más la apariencia que la esencia. Seguramente se gastarían ese dinero en vestir bien, en aparentar con coches ostentosos y en llevar una vida muy visible y sensible; en cambiarse de piel, vamos.
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