Un señor llamado Z. ha elegido a una candidata para el centro geográfico de España sólo porque queda bien en las encuestas; esto de gobernar por encuestas es muy propio de publicitarios o de políticos, que es lo mismo, esto es, gente sin escrúpulos que vive de la jeta y de la apariencia. Si Z. se oyera e hiciera caso a sí mismo y gobernara según la popularidad en las encuestas, debería dimitir ya mismo. Qué contradictorio es el señor Z. Si Z. contradice a Z. es que Z. es esquizofrénico o hace mester de tontería o divaga como una palomita tita tita; estas cualidades son incompatibles con quien debería gobernar una nación, aunque ya se sabe cuánto hay que mentir para poder llegar a la cúspide política de un país. Hay que mentir tanto, que uno ya ni sabe dónde queda la realidad y se cree sus propias mentiras y flota sobre nubecillas como un angelote barroco. Ese es Z. Por otra parte, un ministro de Z. monta un numerito para prestigiarse (prestigiar otra cosa de su partido es imposible ya) diciendo que paga terroristas para salvar a dos españoles; pan para hoy y hambre para mañana, esa es su política, ya que después de Z. el diluvio y vendrán otros que tendrán que aguantar otros secuestros financiados por el propio ministro de Z. Otra política hacedera, la que sigue Z.: casa para hoy e hipoteca para mañana.
Y los otros, lo mismo. ¿Qué se creen?
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