viernes, 29 de abril de 2011

4.910.200

Casi cinco millones de parados, por no decir muertos en vida a esos simbólicos zombis que habitan la ficción imaginativa de las masas, eso sin contar los despreciados por el modo de numerarlos, lo que ya canta sobre la verdadera intención de los soi-disants políticos escañoles, elegidos por listas tan cerradas como sus cuentas fiscales y sus grupitos de mamandurria. Disimulo, hacer que hacen. Yo creo que esos gobernatadores -se supone que hacen algo bien ¿no?, ya que nadie dimite- no deben desanimarse (eso, que lo dejen a los parados -o peor, detenidos-) y, con un poco más de... de... de... (tartamudea uno de estreñimiento mental) de... mentira, estupidez, soberbia y corrupción, aún puede llegarse a los seis e incluso alcanzar, quién supiera, el cielo siempre lejano y utópico del pleno desempleo, lo cual, con la mitad de los jóvenes parados y uno de cada cuatro de cualquier edad, debía ya rondar la oquedad donde habita la mente trastornada de los profetas/mofetas/fumetas de la maniconomía política, e, incluso, por qué no, la de los periodistas babosones y gotacolgantes que hacen la corte lameculos (está en el diccionario) a los políticos y contribuyen con su acomodaticio pleasure y clientelismo a su mamandazgo y a la ruina común.


Por si quedaba duda de que algo no marcha ni cambia sino a peor en este redil, albañilería u hostal / costal de piojos llamado España. ¿Cabe esperar un apocalipsis zombi contra los gobernatas?

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