sábado, 16 de abril de 2011

Dos regalos

Se trata de dos cancioncillas clásicas, de esas que tienen el poder de dinamitar el presente y revivir todo el pasado. Una fue compuesta con el espíritu de los Beatles, encarnado esta vez en The Mamas & the Papas, California Dreaming. La figura patizamba, gordita y dinámica de Mama Cass, una vocalista y de prestigio, me inspira una ternura sin límites, así como esa nostalgia de la soleada California bajo el otoño rojizo, el cielo gris y los predicadores helados de Nueva Inglaterra. Todos murieron más o menos de droguería, menos la delgaducha, que es la autora de la letra, quién lo iba a decir. Aquí.

La otra cancioncilla legendaria es de esa abuela vivaz y con melena de león que es Tina Turner, ¡qué mujer más grande! Ya no las hacen así. El día que muera la reina del rock van a faltar lágrimas para llorarla. Acá. ¿Me la vais a comparar con Beyoncé? Venga ya, esa es sólo un culo que canta.

Claro está que los grandes rockeros nunca mueren. En todo caso, se aparecen, como Elvis.

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