Si se es joven, vivir en España es un tormento, porque entre los políticos y los periodistas que tiran torcido han robado el futuro a una generación ya irremediablemente perdida, integrada por cinco millones de parados que ni siquiera emigran y lo único que hacen es emborracharse o, como hizo un muchacho hace unos días, tras el botellón, liarse a pedradas con sus "amigos", bajar a la vía del tren para cargar más piedras, ser arrollado y perder las dos piernas. Esas dos piernas que ya le había quitado Zapatero. España está llena de piernas sin cabeza, o de cabezas sin piernas, tanto da. La ha arrollado el tren de los gilipollas.
Lo único que sobra en España no son los parados, sino los gilipollas.
La juventud baila
ResponderEliminarAsí rezaba el título de un programa televisivo en mi adolescencia. Hoy sigue bailando, con el dinero de papás y mamás y con drogas de diseño que por entonces no existían. Recuerdo que no había un duro y se sacaban de curros ilegales, de fin de semana, incluso de recoger deshechos que podíamos vender en las chatarrerías dentro del casco urbano. El cartón se pagaba bien.
Me río de este castigo de tener que pedir con más ahínco. La responsabilidad de los pater familias es evidente. ¿para qué buscar fuera lo que se logra dentro?
¿Si apruebo la selectividad podré ponerme nuevas tetas? mejor me pagas el gimnasio que quiero impresionar a las parientas de Luis.