El País publica un artículo sobre la banda madrileña de matones llamada los Miami: "El ocaso de la banda de matones que amasó 100 millones. Los Miami controlaban discotecas, vendían drogas y blanqueaban dinero". Al leerlo, uno pierde progresivamente la perspectiva y termina no sabiendo si el artículo trata de política o de sucesos y mezclando churras y merinas. Los Miami controlan las discotecas; los políticos controlan los medios de comunicación. Los Miami venden drogas; los Políticos venden medicamentos en la Seguridad Social y encima quieren que los paguemos más caros; es más, privatizando a tutiplén están vendiendo hasta el estado del bienestar y si siguen así van a privatizarnos hasta los cojones y hacernos pagar un impuesto indirecto por su uso; los Miami blanquean dinero; ¿y qué coño hacen los Políticos sino eso, sea en trajes, sea en subvenciones, sea en corrupciones varias de mafiosos del ladrillo, mafiosillos bancarios y otros mafiosillos menores?
Está dicho. La Policía debía tener una sección consagrada a desarticular partidos políticos; la pena es que la Policía no sea política también.
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