domingo, 4 de septiembre de 2011

El bosón de Higgs y el nombre de la Rosa.

Por lo que dicen de él, cualquiera añadiría que el bosón de Higgs es el mismísimo Dios, tanto se esconde y tanto trabajo da elucidar su existencia real o ficticia con todas las cábalas teológicas y fórmulas que pergeña la Física cuántica, que rodea el misterio insondable de jerarquías de ángeles-partículas que dan vueltas y más vueltas en torno a su creador, emitiendo luces y otras radiaciones, formando dantescas rosas atómicas rotas de tacto y rebosando ondas de pálido pétalo electromagnético, tal y como dice MM:



En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos...
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color


O como RMR:


Quién, si yo gritara, me oiría desde los órdenes celestes?
Y aun si algún ángel repentino
me estrechara contra su corazón, me anularía
su más fuerte existir, que la belleza
no es sino el grado de lo terrible que soportamos todavía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario