jueves, 13 de octubre de 2011
El día de las fuerzas desarmadas
El Día de las Fuerzas Armadas debía serlo de congojas y tristeza, no un día de festejo y alborozo, porque celebrar la necesidad de usar armas para seguir como se está es motivo de lamento, no de juerga. Como si las guerras pudieran solucionar un problema, en vez de empeorarlo más, aplazarlo o hacerlo más largo y difícil de resolver. Que la condición humana es mala, lo demuestra el que tengan que existir policía y ejército; sin embargo, creo que nadie podrá discutir que, si no existieran las armas, el mal sería mucho menor. Ahora hay tantas (incluida la que podría acabar con toda la vida no una, sino varias veces) que podría decirse lo del refrán: quien pone la oportunidad, pone el peligro. Del Demonio dice la Teología que Dios sólo le otorgó un poder, el de tentar... Si es así, quien inventó las armas es el mismo Demonio y no en vano se dijo que las carga el diablo. Armas tienen Gadafi y armas tiene la OTAN, y aunque Gadafi no tenga razón (sinrazón que sostiene gracias a sus armas) y la OTAN sí, los errores que cometen ambos con sus armas, que colectivizan y epidemian las balas y su muerte, los pagan siempre los mismos, los inocentes que no dirigen ni a Libia ni a la OTAN y cuya única bandera es la blanca, la más hermosa, la que debería acoger bajo su tela a toda la humanidad, mientras que las demás podrían servir de mortaja, como de hecho ya sirven, envolviendo los catafalcos de los que regresan de defenderse y matar a otros hombres tan acojonados como ellos. Sólo un soldado sabe cuán relativo es el valor, y que el único valor realmente indiscutible es el de afirmar la vida sobre todo lo demás.
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Esto del ejército parece estar en contra de la flexibilidad que abajo se apunta nos hará ser más felices. El dragón debes y no el león quieres fundó una milicia que vale para todo, desde el saqueo a la liberación del despotismo. Así visto, no era tan malo el dragón.
ResponderEliminarY respondiendo a Jobs, no todos los que tienen posición, amor y disciplina alcanzan el objetivo. No todos encuentran una mujer increíble y quizá esa sea la clave. La Iglesia española hizo del dogma de la inmaculada su razón de ser, dogma oficial allá en el XVIII, mientras la protesta la bajó de los altares para hacerla más libre, y en el mercado prosperó. Pregunta ¿dónde está más agustito?