domingo, 29 de enero de 2012

La ley de Jante

En China van a impedir la emigración de occidentales pobres que buscan fortuna en su suelo; establecerán un impuesto a los occidentales y además sólo admitirán a los mejores cerebros fugados, sobre todo si vienen bien pertrechados y con dinero y pretenden enseñar a los chinos a hacerlo mejor. ¿Haremos aquí lo mismo en correspondencia? ¡Pues bueno lo tendrían los de los chollos o todo a cien! Esta medida me recuerda a la de los civilizadísimos noruegos; ellos, que se rigen por la sensatísima Ley de Jante, no permiten la construcción de mezquitas en su país si los países que las financian no permiten algo semejante a las iglesias católicas, protestantes o cualquiera de las que tienen legítima existencia en Noruega. Algo sensato, inteligente y justo. Ojalá que imperara aquí, en nuestros lares, la Ley de jante o Janteloven. Pero no caerá esa breva, qué va, aquí si alguien engaña al estado uno despotrica pero no denuncia ni mucho menos, está bien indignarse pero no denunciar. Así nos va. Copiaré aquí, aunque no enterito, el artículo de la Wikipedia, que ilustra bien lo que es este principio ético o constitución no escrita que inspira la legislación y la conducta de los pueblos escandinavos:



La Ley de Jante (danés: Janteloven; sueco: Jantelagen) es una ley ficticia creada por el autor danés/noruego Aksel Sandemose en su novela En flygtning krydser sit spor (Un refugiado en sus fronteras) (1933), en la que retrataba su ciudad natal a principios del siglo XX.

Aunque en realidad existen 10 normas diferentes en la ley de Jante, se habla de ella en general como si se tratara de una sola cosa. La palabra danesa loven significa 'la ley'. Las normas son las siguientes:

No pienses que () eres especial.
No pienses que () estás a la misma altura que nosotros.
No pienses que () eres más listo que nosotros.
No pienses que eres mejor que nosotros.
No pienses que sabes más que nosotros.
No pienses que eres más importante que nosotros.
No pienses que eres bueno en algo.
No (te) rías de nosotros.
No pienses que preocupas (a alguien).
No pienses que () puedes enseñarnos algo.

Una undécima norma fue añadida más tarde por Sandemose:

11. No creas que hay nada que nosotros no sepamos ya (de ti).

Esta ley impregnó las culturas danesa, noruega, sueca y finesa y parte de Inglaterra, países en los que se desaprueba que una persona se considere mejor o más inteligente que las demás.

A los que violan esta norma no escrita se les mira con cierta ojeriza y hostilidad: se estima van en contra del deseo danés de lograr la igualdad social y el énfasis en llegar a la justicia total.  Mostrar humildad en esos países es muy importante.

La ecológica ley de Jante inspira la sobrecarga nórdica de impuestos a los que más riqueza producen con ayuda de otros, porque crean también más pobreza para otros. ¿Os suena?

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