Laoconte, el primer escritor verdadero
Lo único necesario para poder escribir ficción es una paranoia de primer orden; y para escribir literatura, en general, un odio feroz al lenguaje, necesario para poderlo manipular y retorcerlo y que él no te manipule ni te retuerza; la escultura del sacerdote Laocoonte ofrece una idea aproximada.
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