miércoles, 3 de junio de 2015

El bolivariano don Mariano nos mete en el TISA

Blatter dimite, pero el caudillo del PP, que puede enseñar corrupción a un bolivariano y es igualmente alérgico a la democracia (Chávez y Berlusconi también alteraron las leyes a su favor y desobedecieron las que había) carece de vergüenza, honor e hidalguía y ahora nos quiere meter en un nuevo negocio (o política, da lo mismo... y da mucho): el TTIP, y aun en algo peor, según se acaba de descubrir, un golpe de estado económico mundial secreto conocido como el TISA, que acaba filtrar Wikileaks, con asenso de su coaligado PSOE, con quien González quería (y quiere) volver a la explotación del posfranquismo que tantos réditos y sinecuras le ha dado en estos cuarenta años de nada, involución y paro.

Parece ridículo guardarle respeto a una piltrafa de presidente de gobierno que no consulta sus decisiones ni se tiene respeto a sí mismo enfangándose en corrupción hasta el colodrillo y no dimitiendo por cosas que al menos vergonzoso político europeo (salvo a Berlusconi, corruptor de mayores y menores, tan inocente como Strauss Kahn y otros angelitos) le habrían mandado a la calle con una patada en el culo. Para esconderse del honor, la decencia y todas las demás cosas que vende a la banca, el caudillo del PP imita bien las retóricas de Maduro, aunque en falsete (también Franco tenía voz de pito o falsete) y es menos orador; Mejía lo llamaría un arador (piojo de la sarna); en esas cuestiones no llega a la altura de un padrino como Sito Miñanco o el mismo Fidel, capaces de soplar la gaita galaica un día entero, aunque les sobrepasa en enanismo moral. Eso sí, Maduro le da menos patadas al diccionario, aunque diga las mismas mismologías que el registrador de egoísmos ("españoles, españoles, españoles", como si fuera el superlativo hebreo, que se construye también como "español de los españoles" o "español entre españoles"), habitual comidilla de los programas de bufonismo político de la Sexta. Ya no hay trío de las Azores, sino de la corrupción: Maduro, Rajoy, Berlusconi. Ahora dice que quiere cambiar a algunos de sus capos e incluso de consigliere. Es igual: todo queda en la omertà y no es cosa personal: solo negocios de los que se cuentan euros de tapadillo o "volquetes de putas", como dijo el pepero. A pesar de lo marianas y cubiertas de cadáveres que están las calles y las listas por esta "lucha de castas" que dice Manuel Valero.

Resulta paradójico que personajes tan antipúblicos y tan antidemócratas como el factor de inestabilidad Capone-Rajoy, cooptados a dedazo, asciendan tan resistible y brechtianamente a instituciones públicas y demócratas de forma ilegal con el silencio culpable de los juececillos que permiten el pisoteo de la Constitución y dejan que Valencia se haya transformado en una nueva Marbella, mientras se pasan diez años leyendo cientos de legajos de procesos interminables de corruptela. Pero en esta obra de arte del esperpento hay que dar su parte también a la ayuda de flojos sin ideas como Zapatero que no han pagado factura alguna ni literal ni metafóricamente y como los que han vendido el sistema de cajas de ahorro, el sistema educativo, el sistema legal y todos los sistemas más o menos decentes que había que vender en España: los que han vendido la honradez, en fin, para elaborar la puta en que hoy reconocemos a España. Hay que dar su parte también a vendedores de aeropuertos y otras vergüenzas y a momias que ¡todavía! siguen en política cuando debían estar abonando la tierra con su podredumbre. Como ya solo les quedaba por vender aire para sus aeropuertos, ahora han dejado a los partidos de la izquierda verdadera que les sacaran del atolladero por medio de una crítica feroz al Pepé mientras ellos esperaban rascándose la barriga y ahora encima quieren repetir sus mismos errores. ¿Lo harán? Claro que sí, siempre lo han hecho. Lo primero que tendrían que hacer es asegurar que los medios de comunicación puedan ser independientes eliminando subvenciones y a los que comen el erario, asegurando un estatuto del periodista y una retribución justa. Porque con medios de comunicación como las Tribunas, los Abecés, las TVs y otros medios lameculeros (incluso literalmente: La Tribuna le lame el culo a La Razón) el propietariado explotador lo tiene fácil.

Los lavadores de mentes consiguen estupidizar a todo el mundo repitiendo eslóganes "españoles, españoles, españoles" hasta la extenuación, mintiendo, mirando a otra parte, quemando papelotes, afectando ignorancia y no diciendo toda la verdad en lo que les es preguntado. Desde la familia real abajo, todos están pringados, con ayuda de leyes para limpiarse la cara de una vergüenza que en realidad no sienten ni han sabido que era desde la Guerra Civil que Unamuno definió genialmente como "suicidio moral" (el español ya no cree en otra ética que en el egoísmo) y, cuando ya no les queda remedio, recurren a jueces amigotes que les ponen puente de plata con las leyes de impunidad que llaman de aforamiento y puerta giratoria; no hay nada mejor en ningún ordenamiento político del mundo para evitar la justicia que la ley; en España, Dios y el Diablo son la misma persona, y su única función es beneficiar al individuo: no hay sentido de lo colectivo. Qué coño, si hasta han venido los militares egipcios a preguntar y copiar nuestro ordenamiento jurídico ¿recuerdan? En todo el mundo árabe, especialmente en la democrática Arabia Saudí, nos admiran por eso. Así no hay pito que valga ni perro que ladre, hace falta algo más, una orquesta entera de cien mil vuvuzelas o un Gran Hermano de políticos encerrados (no como en el Congreso). Qué narices, si hasta la ley mordaza ahora es ley cegata con eso de que ni se les pueda fotografiar en la puerta del juzgado. Ya lo decía Ambrose Bierce: si matas a tu padre y todavía estás en época de sentirte culpable, ve a pedir consejo a jueces, policías y sacerdotes, que ya tienen experiencia, y que ellos te digan cómo ocultar el cuerpo y qué procedimiento utilizar para que te juzgue el juez más interesado en recibir un favorcillo que nadie pueda identificar en algún pariente segundo o en Suiza. 

Ante este mundo al revés, deberíamos pedir justicia a ladrones y delincuentes... Perdón, se me olvidaba que ya se la estamos pidiendo.

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