Sobre locuciones
Las locuciones pueden ser consideradas un tipo de unidad fraseológica que se relaciona con los refranes, las fórmulas rutinarias o las colocaciones.
Las unidades fraseológicas se describen como la fijación de dos o más palabras con alta frecuencia de uso y pueden ser permutables por un enunciado.
Entendemos que las unidades fraseológicas vienen a ser expresiones fijas, concepto aceptado por Zuloaga en su primer manual sobre fraseología. De todos modos existen variedades de interpretaciones, desde los que opinan que las locuciones son auténticos refranes, fórmulas rutinarias, colocaciones, expresiones fijas, hasta la definición que trae el Diccionario de Uso del Español Actual (1996):
Combinación fija de palabras que forman un solo elemento oracional y cuyo significado no es siempre el de la suma de significados de sus miembros.
Esta definición coincide en varios puntos con la adoptada por el DRAE (XXI edición):
Combinación estable de dos o más palabras, que funciona como oración o como elemento oracional y cuyo sentido unitario no siempre se justifica como suma de significado de los componentes.
Gutiérrez Quintana atribuye a las locuciones el rasgo propio de ser sintagmas muy estables.
Marcos Marín (1980: 432), coincidiendo con la del DRAE, define la locución como:
Combinación estable de dos o más términos, que funcionan como elemento oracional y cuyo sentido unitario consabido no se justifica sin más, como una suma del significado normal de los componentes.
El carácter unitario que tienen las locuciones no permite la introducción de formas nuevas, aunque no está descartado el uso de sinónimos que prácticamente nos llevan a una misma significación,
como podemos advertir en algún tipo de locuciones (de repente, de pronto) en las que observamos un funcionamiento con signos diacríticos fijos que en el lenguaje usual lo hemos hecho normativo: tiene un repente… tiene un pronto… Son locuciones que necesitan de un proceso de fijación ya que la lengua está sometida a una constante evolución, porque el "ponerse medallas" originario puede estar, hasta cierto punto, alejado del moderno "ponerse las pilas".
La clasificación de las locuciones por categorías presenta un serio problema aun para autores expertos o muy expertos en fraseología, caso de J. Casares, Corpas Pastor, Zuloaga… Bien es cierto que los principales tratados distinguen y coinciden muy acertadamente en una clasificación de locuciones, según su funcionamiento gramatical, que parece la más completa:
1. Adjetiva. La que funciona como un adjetivo (mujer bandera, verdad como un templo).
2. Adverbial. La que funciona como un adverbio (a las mil maravillas, de repente).
3. Conjuntiva. La que funciona como una conjunción (así que, por más que, porque, para que, desde que, bien que, así que, luego que, antes que, después que, pues que, puesto que, ni que, cosa que, cada vez que, visto que, de forma que, de manera que, en lo que, en razón de que, a fin de, hasta que, ahora que, en el tiempo en que, una vez que, a causa de que, en caso de que, a fin de que, a sabiendas de que, a sabiendas, de paso que, de paso de, en vista de que, en razón de que, de paso que, a pesar de que, con que, mal que, maguer(a) que, malgrado que, siquiera que, enseguida que, luego que, mientras que, ya que, siempre que, enseguida de que, de modo que, una vez que, toda vez que, supuesto que, dado que, a medida que, de modo que, de suerte que, de paso que, a la vez que, a la par que, al par que, en lo que, con tal (de) que, a riesgo de que, a consecuencia de que, al objeto de que, siempre y cuando, de una forma o de otra, habida cuenta de que, sentado que, etc.
4. Determinativa. La que funciona como un adjetivo determinativo (algún que otro).
5. Interjectiva. La que equivale a una interjección (¡santo cielo!, ¡Dios mío!).
6. Nominal. La que equivale a un sustantivo y funciona como tal (brazo de gitano, ojo de buey).
7. Preposicional. La que funciona con una preposición (acerca de, con vistas a, junto a, a pesar de). Algunas usadas en el siglo XV son a favor de, a petiçión de, de parte de, en lugar de, en nombre de, en pos de, en posesión de (capacitado para), en presençia de, en razón de, en tiempo de, por vertud de (con autorización de), por vía de, por razón de, por parte de, por espaçio de, por causa de, so color de (so excusa de), so pena de.
8. Pronominal. La que equivale a un pronombre y funciona como tal (alguno que otro, cada uno).
9. Verbal. La que equivale a un verbo y funciona como tal (echar de menos, caer en la cuenta, hacer caso).
La siguiente definición, aunque extensa, resume en sí todas las características de la locución:
Una unidad fraseológica, o locución es una unidad léxica, compuesta por más de una palabra, que muestra un significado propio, más allá de la simple suma de los significados de las palabras constituyentes. La expresión es relativamente fija; se observan restricciones léxicas o sintácticas (así como pragmáticas) en cuanto a su uso; un valor pragmático un poco o nada ambiguo, derivado de las restricciones de uso, antes mencionadas; y se observa que una o más de las palabras constituyentes ha cambiado figuradamente su significado y se ha gramaticalizado.
Dichas unidades fraseológicas poseen estas características:
- Sintácticamente tienen fijación formal.
- Semánticamente poseen idiomaticidad.
La locución no es precisamente una suma de significados literales. En una locución siempre hay una palabra, al menos, que cambia su sentido usual. La importancia del contexto en el uso de las locuciones abre una posibilidad interesante en la conceptualización de lo fraseológico.
A Zuloaga (“Spanisch fraseologie”, in Lexikon der Romanistischen Linguistik, Vol. I, Tübingen, Niemeyer, 1992) es uno de los lingüistas más especializados en el campo de la fraseología. Estudia
las unidades fraseológicas, que constan al menos de dos palabras, hasta las que son formadas por oraciones completas.
La característica principal de estas unidades es la fijación fraseológica o pragmática. Según su estructura interna (fijación o idiomaticidad), las unidades fraseológicas pueden ser fijas y no idiomáticas, semiidiomáticas e idiomáticas.
Zuloaga divide las expresiones fijas en dos grandes grupos:
- Los enunciados fraseológicos que son capaces de construir por sí mismos enunciados completos.
- Las locuciones que necesitan combinarse con otros elementos en el interior de la frase para poder construir un enunciado.
Sobre los adverbios en mente
Conviene señalar lo poco estudiados que están los adverbios en -mente. En cuanto al empleo y la posición que estos adverbios tienen, Egea (1979) los divide en dos apartados:
- los que siguen a la acción
- los que preceden o siguen a la misma
En construcciones terciarias el adverbio en –mente siempre sigue a la acción vaya donde vaya el sujeto. Paralelamente al ejemplo que Egea consigna para esta idea: (Juan me lo prestó inmediatamente- Me lo prestó inmediatamente Juan) se registra con muchísima frecuencia para fórmulas del tipo: "bien e conplidamente", "más largamente", etc.:
"Segund más largamente en la dicha sentençia se contenía"
En donde el sujeto elíptico "aquello" precede al adverbio largamente como modificador del verbo "se contenía", así expresado en el documento, y que muy bien hubiera operado con el mismo valor significativo pospuesto al adverbio
"Segund más largamente (aquello) en la dicha sentençia se contiene".
Viene a confirmarse la teoría de R. D. Mc Williams (1954):
"Cuando dos factores determinantes tienden a influir la posición de un adverbio en direcciones opuestas, la posición verdadera en que se encuentra el adverbio manifiesta la fuerza relativa de los dos factores. Cuanto más fuerte es la cohesión entre la acción y el adverbio tanto mayor es el desplazamiento del adverbio hacia la posposición"
Pottier afirma que la característica formal de los adverbios en –mente es la de calificar a los verbos. No excluye la posibilidad de que un adverbio en –mente cuantifique a un adjetivo, como se muestra en muchos documentos del XV: "…Solamente sabida la verdad".
Egea está de acuerdo con Bello (1988) cuando dice "los adverbios de esta terminación son frases sustantivas adverbializadas; o si se quiere, complementos en los que se calla la preposición; que para el caso es lo mismo". Así en estas muestras de los documentos del siglo XV, los adverbios personalmente, derechamente, firmemente y prestamente equivalen a en persona, por derecho, con firmeza y con presteza, y se emplea con preferencia el adverbio frente a estas transformaciones.
Ana Mª Barrenechea divide a los adverbios indicadores de actitud oracional en:
1. De actitud emocional
Sirven para expresar actitud emocional con significado de expresión valorativa. Esta circunstancia se refleja en varios documentos del corpus documental:
"Muy humildemente le suplicamos...", "La dicha reclamaçión no la farán maliçiosamente salvo por guarda e conservaçión", "Si los dichos pleitos son o fueren ciminales o criminalmente intentados..."
2. De actitud dubitativa
El contexto en que se mueven muestra expresamente una circunstancia de duda o probabilidad: "Que durante la pendençia del dicho pleyto podades entrar e estar libre e seguramente e sin pena alguna"
3. De gradación en el discurso aseverativo y como indicador de la verdad, como se compueba en los siguientes documentos: "E en todo todavía es mi merçed que se faga e cunpla e esecute e fagades e cunplades e esecutedes realmente e con efecto…" "Manternemos realmente e con efecto sin arte e sin engaño alguno"
4. De opinión meditada y enfatizada, probada con estos ejemplos: "Para que les fuese pagado todo lo que verdaderamente paresçiese e cosas susodichas de los dichos enpréstidos…" "Dirán que todas las dichas debdas son de ganançia y que nunca verdaderamente resçibieron cosa alguna…".
Complidamente (de cumplido, "perfecto") es un equivalente semántico de "bastantemente". Otros adverbios en -mente poco usados hoy son derechamente, diligentemente, prestamente, ahincadamente, desnudamente, arrebatadamente, plenariamente, juntamente, ultimadamente, torteramente o torticeramente, desembargadamente, etcétera.
Fórmulas binarias son más largamente, nunca verdaderamente, más cumplidamente, ahora nuevamente, más prestamente... Estas agrupaciones se dan también entre otros adverbios:
dende en adelante, según y cuando, aquí adelante, de aquí adelante, siempre jamás, bien y como, antes de ahora, cuanto así, como cuando, así antes, cuanto lo susodicho, desde cerca, asimismo cuando, bien cerca...
También aparecen adverbios en mente series ternarias con otros adverbios:
Debidamente demás y allende
Bien y cumplidamente según
Personalmente ante nos según
Tan bien y cumplidamente
Luego bien y cumplidamente
Donde más continuamente
Hasta que antes y primeramente
Según más largamente
Perpetuamente para siempre jamás
Especialmente con los que bien y lealmente
Hasta tanto que primeramente
Según que más largamente (o luengamente)…
Ahora y de aquí adelante
Bien así como
Ahora ni de aquí adelante
Desde ahora para entonces
Hasta tanto que ahora
Poco más o menos
Ahora de poco acá
Según que hasta aquí
Pero es que también forma series cuaternarias
No debidamente demás y allende
Luego libremente todo bien y cumplidamente
Bien a tan cumplidamente y según
Como y según más largamente
Luego bien y cumplidamente en guisa
Según que mejor y más cumplidamente (o complidamente)
Como dende en adelante antes
Ahora para entonces y de entonçes para ahora
Ahora para entonces y de hoy día para ahora
Poco más o menos tienpo
De aquí adelante para siempre jamás
Así hasta ahora de poco tienpo acá
Y de cinco con conectores diferentes:
Bien así y tan cumplidamente como
Desde ahora para entonces y de hoy día para ahora
Desde ahora para entonces y de entonces para ahora
Para siempre jamás así como de suso
Injusta y no debidamente hasta tanto que primeramente
Dende ayuso y dende arriba por donde
Según y tan cumplidamente desde antes
Antes que así desde ahora para entonces y de entonces para ahora
Fuera de él bien y así y tan cumplidamente como
Según y tan cumplidamente como antes…
Rara vez aceptan los adverbios prefijos que corresponden a otras clases. Así ilegiblemente o improbablemente no se forman agregando prefijos negativos a otros adverbios ( i-legiblemente, im-probablemente) sino a partir de adjetivos que los contienen (ilegible-mente, improbable-mente).
Por tanto, no es en realidad el adverbio el elemento prefijado en esas formaciones.
Hay adverbios:
De foco, como precisamente;
Mensurativos o de grado (más que de cantidad), como Enormemente, enteramente, mayormente, medianamente, moderadamente, meramente, notoriamente, solamente y totalmente.
Atributivos como estupendamente y divinamente, o que forman parte del atributo como manifiestamente: "Los cuales dicen que son manifiestamiente poco serviciales"
Oracionales, como desastradamente
Se agregan a la relación de conjunciones y locuciones conjuntivas las expresiones: consecuentemente, entonces, consiguientemente, por consiguiente, por (lo) tanto, en consecuencia, por ende, de resultas, y otras similares que hoy preferimos denominar adverbios o locuciones adverbiales, no conjuciones, aunque sí son conectores o marcadores del discurso.
Son muy importantes los aspectivos, perspectivos o de punto de vista, que se suelen derivar de adjetivos de relación o adjetivos relacionales que son modificadores restrictivos que se caracterizan por formarse de bases nominales o asociarse semánticamente con ellas, según la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009: 2343).
Así el adjetivo telefónico en la expresión línea telefónica establece cierta relación entre el sustantivo línea y uno de los ámbitos con los que puede relacionarse la telefonía.
Desde los adjetivos relacionales que aluden a materias o disciplinas se forman los adverbios en –mente llamados de punto de vista (políticamente correcto, matemáticamente imposible, lógicamente impecable) que pueden ser también modificadores oracionales: económicamente, el país se ha recuperado.
Los adverbios relacionales o de punto de vista son muy frecuentes como modificadores preadjetivales: químicamente puro, técnicamente perfecto. Existe una relación entre el adverbio matemáticamente y la paráfrasis desde el punto de vista matemático. Estos adverbios admiten paráfrasis del tipo:
- en lo relativo a
- en lo que respecta a
En el siglo XV se encuentran: carnalmente, clandestinamente, deshonestamente, evangélicamente, falsamente, maliçiosamente, moderadamente, notoriamente, ordinariamente, originalmente, paçíficamente, humildemente o humilmente u homilmente, honestamente, deshonestamente, honradamente, judiçialmente-jurídicamente-jurédicamente, justamente, injustamente, lealmente, legítimamente, lícitamente, livianamente, particularmente, personalmente, públicamente, razonablemente, rigurosamente, secretamente, sumariamente, humanamente, verdaderamente.
En cuanto a los llamados a veces adverbios cortos, según la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009: 2295), aunque tienen la misma forma que sus adjetivos correspondientes, carecen de flexión de género y número (las golondrinas vuelan bajo). El proceso general de adverbialización de adjetivos se mantuvo con intensidad variable en todas las lenguas románicas pero en español fue particularmente productivo en el español antiguo y hoy se ha moderado bastante. Se puede decir "vuelan bajo" o "que paguen igual" pero no "se mueven torpe" (sino… torpemente) ni "sabía vivir sabio" (sino…sabiamente). Por otra parte, los adverbios adjetivales no admiten siempre la sustitución por el respectivo adverbio terminado en –mente: cantar bonito (no bonitamente). La lista es corta y suelen aparecer como contestaciones cortas: bueno, claro, evidente, natural, seguro, igual y algunos más. En el siglo XV no hay un solo caso de decir "evidentemente": la palabra era "verdaderamente".
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