Carlos Castilla del Pino, "Los libros que nos construyen y nos salvan", tomado del blog Hyperbole de Ramón González Correales, 15 de octubre de 2014:
La relación con un libro tiene mucho que ver con la relación con una persona y no sólo porque un libro sea también -sobre todo si es un ensayo-, una conversación con el autor, sino porque suele aparecer por azar o recomendado por algún amigo cercano o por esos desconocidos que leemos mucho y forman parte de nuestra vida.
Hay libros que pueden ser muy buenos, pero que no nos fascinan, que no establecen con nosotros la conexión emocional que hace que los leamos con esa vinculación especial que puede movernos cosas esenciales. Hay otros que se leen en un momento que no es el suyo y se abandonan o se desdeñan hasta que, quizá después de muchos años, los volvemos a encontrar justo cuando los necesitamos e iluminan nuestra vida.
Hay libros que nos gustaron mucho y marcaron una época de los que con el tiempo nos avergonzamos un poco y los vemos esquemáticos o cursis o simplemente consideramos sus planteamientos poco verdaderos con relación a lo que ha sido nuestra experiencia. Como nos pasa con esos amigos que dejaron de serlo porque se fueron convirtiendo en extraños poco a poco.
Hay libros que seguimos buscando muchas tardes, vagando en una librería o en nuestra propia biblioteca, porque necesitamos ese impulso que nos vincule al mundo y a la vida y que aporte sentido a lo que hacemos o al tiempo que nos queda. Y nos ponemos tan nerviosos como cuando nos sentimos solos y necesitamos hablar con alguien que nos comprenda y no lo encontramos fácilmente.
Esos días en que perdemos la memoria de quienes somos y hay que buscar en los estantes o en el iPad esos libros que nos construyeron o nos dieron tanto placer y que en ese momento hemos olvidado aunque los tengamos muy cerca, hasta que descubrimos justo el que necesitamos y entonces la niebla comienza a desaparecer y vislumbramos el sol emergiendo tras las palmeras.
“Los verdaderos libros son los que nos forman en alguna etapa de nuestra existencia. Los que se constituyen en componentes de nuestro quien. Tras su lectura puedo decir: quien soy es distinto de quien hasta entonces era.”
CARLOS CASTILLA DEL PINO. “Aflorismos”
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