sábado, 31 de octubre de 2015

Nuevos documentos sobre Cervantes y otros autores manchegos.

El lujosísimo catálogo de 224 páginas e ilustraciones a todo color que me ha enviado el librero José Porrúa Turanzas contiene cosas bastante interesantes, pero demasiado caras para un bibliófilo menesteroso con sueldo de profesor como yo. Da, eso sí, algunas noticias interesantes: ha localizado el original manuscrito del informe que el boticario y vecino de Almodóvar del Campo Juan Antonio Fernández Granados mandó al médico Pedro Bedoya sobre la ciudad donde vivía, Almodóvar. Porrúa lo vende por 2500 euros, pero esos folios no merecen la pena por lo que dicen y además hay copia en la BN.

Acaso más importancia tiene en sí mismo un documento relacionado con la mujer de Cervantes, Carta de privilegio real otorgada por Felipe III a Ana Quijada de Salazar, de Esquivias, sobre juro de alquilar en su favor. El cuadernillo, de doce folios en pergamino, está fechado en Madrid a 2 de noviembre de 1610 y lo vende por 12.000 euros. Don José Porrúa debe pensar que soy Creso o alguien parecido, pero es tan avispado que ha atado cabos y descubierto la relación que existe entre el documento y los últimos y más que sugerentes descubrimientos biográficos sobre la mujer de Cervantes en los archivos de Esquivias.

Ana Quijada de Salazar (1577-1614) de Esquivias, era nieta de Juan Quijada de Salazar, citado en el Quijote y presunto modelo del inmortal personaje cervantino, casado en Illescas con Leonor de Salcedo. Su abuela fue ana Suárez Medina, hija de Gonzalo Medina Godoy, alcalde d elos hijosdalgo que fue procesado por la Inquisición pero liberaldo por ser nieto de Diego Muñiz de Godoy, caballero de Santiago y por tanto cristiano viejo. Su bisabuela sería María de Salazar, fallecida en 1537, hermana de Diego de Salazar, el que sería a su vez bisabuelo de la esposa de Miguel de Cervantes. Ambas poseen un tío abuelo común, fray Alonso Quijada, de la orden de San Agustín, modelo tal vez del Quijote también. En la casa de este Alonso Quijada es donde se hospeda Cervantes durante sus estancias en Esquivas.

El primer hecho que demuestra la presencia de Cervantes en Esquivias se produce en septiembre de 1584, cuando Cervantes viaja a Esquivias para entrevistarse con la viuda de su amigo el poeta Pedro Laýnez, e intentar publicar su obra póstuma, el Cancionero. Cervantes recibió un poder de manos de Juana Gaitán a través de un documento firmado el 22 de spetiembre de 1584 ante el escribano de Esquivias, Agustín del Castillo. Su cometido es entregar dicho poder a Ortega Rosa, procurador de causas en los Reales Consejos. En ese viaje Cervantes conoció a su esposa, Catalina de Palacios,  y el corto noviazgo se resolvió con la boda el 12 de diciembre de 1584 en la Iglesia Parroquial de Esquivias. Bendijo la unión el cura Juan Palacios, tío materno de Catalina, que tenía diecinueve años, mientras que Cervantes tenía ya 37.

Vivieron juntos en Valladolid y madrid, y volvieron a Esquivias varias veces para visitar a la familia, asistir a bautizos en los que eran padrinos e inaugurar la ermita de San Roque en 1602. En 1610 pasaron una temprada en la villa y el último viaje que realizó Cervantes fue precisamente a Esquivias. meses antes de morir, según relata en el prólogo del Persiles: " Viniendo otros dos amigos y yo del famoso lugar de Esquivias...". 

Algunos libros de los de su Catálogo (ya se sabe, los de estampas iluminadas a mano) los vende nada menos que a precios entre 120000 y 200000 euros. Estas cotizaciones son demenciales y para fetichistas, sobre todo en una época en la que casi todos los libros que valen la pena para un investigador se encuentran digitalizados. Eso sí, nada vale tanto como darle la mano a un amigo como es un libro.

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