David Fernández "Finiquitos de oro por fiascos enormes. Los máximos directivos de Abengoa, Indra, FCC o Volkswagen cobran grandes indemnizaciones a pesar de dejar sus empresas en situaciones muy delicadas. En el Ibex hay 924 directivos blindados", en El País, 29 NOV 2015:
¿Se puede recompensar por los errores? Sí, y con cifras bastante generosas. Un claro ejemplo es Abengoa. El grupo energético va camino de convertirse en el mayor concurso de acreedores de la historia empresarial española y sus acciones se han desplomado. Sin embargo, los gestores que han dirigido el grupo andaluz en los últimos años han dejado la empresa con indemnizaciones millonarias. Los ejecutivos de Abengoa no son los únicos que han cobrado finiquitos de oro tras salir de una empresa en serias dificultades. Otros casos recientes son Indra y FCC en España, o Volkswagen en Alemania. El nuevo Código de Buen Gobierno trata de poner límites a estas situaciones.
Tras 25 años en el cargo, el expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea tuvo que dejar la compañía el pasado 24 de septiembre. El movimiento, forzado por los bancos acreedores, se saldó con una indemnización equivalente a 11,48 millones de euros por cese anticipado del contrato, pacto de no competencia y "bonificación por permanencia". Por su parte, el ex consejero delegado, Manuel Sánchez, que abandonó su puesto en mayo pasado "por motivos personales", cobró 4,48 millones y tiene pendiente el cobro de otros 3,3 millones si la empresa cumple objetivos. Además, tanto Benjumea, que ahora es "presidente de honor" del grupo, como Sánchez, han percibido un sueldo anual de 4,5 millones cada uno en los últimos cuatro ejercicios.
Otro finiquito de oro se produjo en Indra. Después de 22 años, Javier Monzón dejaba la presidencia el pasado 29 de enero. Al salir de la empresa, Monzón accedió a los 12,1 millones que tenía en su sistema de ahorro a largo plazo (un año antes el consejo eliminó el blindaje de su contrato a cambio de engordar su pensión) y además activó la cláusula de no competencia valorada en casi cuatro millones. El nuevo equipo gestor de Indra ha planteado un ERE para 1.700 trabajadores y presentó unas pérdidas de 561 millones hasta septiembre por diferentes saneamientos. El 18 de noviembre Indra destituyó a Monzón como presidente de honor por entender que no había dado toda la información sobre la situación de la empresa.
En el Ibex hay 924 directivos blindados
El número de directivos del Ibex con cláusulas indemnizatorias en sus contratos crece cada año. Entre estas empresas había 924 trabajadores (consejeros ejecutivos, directivos y trabajadores de alta cualificación) con blindajes a finales de 2014 frente a los 881 de 2013, según los informes de buen gobierno que las compañías remiten a la CNMV. La empresa con más trabajadores con finiquitos pactados es Repsol. El grupo petrolero tiene 309 empleados con blindaje. En segundo lugar, se sitúa Grifols con 94 casos y el tercer puesto le corresponde al BBVA (68). Aunque Bruselas y la CNMV recomiendan que las indemnizaciones no superen el equivalente a dos anualidades, grandes empresas como Iberdrola, ACS, Abertis o Gas Natural desoyen este límite.
Anterior en el tiempo pero también polémica fue la indemnización de Baldomero Falcones cuando dejó FCC. El ex consejero delegado de la constructora cesó a principios de 2013. El blindaje de Falcones estipulaba una indemnización de 11,5 millones, aunque finalmente el finiquito se situó en 7,5 millones. FCC perdió 1.500 millones en 2013 y 721 millones en 2014 debido a las deudas y a los saneamientos por las inversiones fallidas realizadas durante los años precedentes. Tras ampliar capital por 1.000 millones, Esther Koplowitz ha perdido el control en favor de Carlos Slim.
El tema de los paracaídas dorados, como se conoce en la jerga a estos blindajes, no es exclusivo del mercado español. Martin Winterkorn, ex consejero delegado de Volkswagen, abandonó el cargo en septiembre tras el escándalo por el trucaje de millones de coches. En el momento en el que dejó el cargo los derechos de pensiones de Winterkorn sumaban 28 millones de euros. Además, existe la posibilidad de que cobre una indemnización equivalente a dos años de sueldo (en 2014 cobró 16 millones), aunque este punto depende de cómo haya catalogado el consejo de Volkswagen su despido (procedente o no).
El Gobierno y la CNMV, a través de la última reforma del Código de Buen Gobierno de las empresas cotizadas, han tratado de imponer ciertos límites a estas políticas salariales. El grupo de expertos que ha elaborado el nuevo texto cree que las remuneraciones deben ser adecuadas "para atraer y retener a los consejeros del perfil adecuado", pero también recuerdan que los contratos tienen que incorporar los mecanismos precisos "para evitar la asunción excesiva de riesgos y la recompensa de resultados desfavorables".
En concreto, en lo que se refiere a los finiquitos, el nuevo código (entra en cumplimiento en los informes que manden las empresas a principios de 2016 correspondientes al ejercicio 2015) pide a las compañías que cumplan (y de lo contrario que explique por qué no lo hacen) la siguiente recomendación: "que los pagos por resolución del contrato no superen un importe establecido equivalente a dos años de la retribución total anual y que no se abonen hasta que la sociedad haya podido comprobar que el consejero ha cumplido con los criterios de rendimiento previamente establecidos". La pelota queda ahora en el tejado de las empresas.
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