La he visto ayer en los cines Las Vías.
Es un callejón sin salida y creo que su mejor definición es que se imita a sí mismo y nada suena a nuevo. Hasta los actores de doblaje son los mismos que los de su anterior western, bastante mejor que este. Como se ha gastado casi todo el presupuesto en buenos actores, la película carece de exteriores salvo al principio y transcurre casi enteramente en una mercería que sirve de posada a los viajeros de una diligencia en medio de una ventisca. Las muertes y la violencia las deja para el final, todo lo demás es la vistosa e ingeniosa cháchara propia de Tarantino, pero sin el brillo habitual de otras veces. Se nota que la ha dirigido con desgana, tras que le divulgaran su guion y tuviese que cambiar el final. Es larga, tres horas, pero a pesar de todo logra que uno quede pendiente de qué parará. Como era de esperar, para en tomate. No está a la altura de sus otras películas y es un Tarantino menor.
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