"Excelencia de la lengua castellana", en Ballot, Gramática de la lengua castellana dirigida a las escuelas Barcelona: Piferrer, 1825.
Empezó a pulirla el santo rey don Fernando, la cultivó mucho don Alfonso el Sabio, se mejoró en tiempo de los Reyes Católicos, adquirió nuevos grados de perfección a últimos del reinado de Carlos I, y en todo el de Felipe II tuvo, por decirlo así, su Siglo de Oro. Carlos V solía decir que la lengua italiana era propia para hablar con las mujeres, la alemana con los caballos, la francesa con los hombres y la castellana con Dios. Por lo mismo dice don Juan de Iriarte:
Silbido es la lengua inglesa,
es suspiro la italiana,
canto armonioso la hispana,
conversación la francesa
y rebuzno la alemana.
Algunos han desfigurado lastimosamente la lengua castellana, hablando francés en castellano, o castellano a la francesa. Así es menester desterrar muchas palabras intrusas, y obligarlas a pasar otra vez los Pirineos. Piensan algunos, que no puede haber libro bueno si no viene de la otra parte de las montes, como si la ciencia y el ingenio estuviesen solamente vinculados con la Francia. Piensan otros que la lengua francesa es más culta, más rica y más pura que las demás de Europa, y se engañan. La lengua francesa empezó a pulirse a principios del siglo pasado, y es pobre, monótona, dura, sin fluidez ni variedad. Basta esto para inflamar los ánimos en vivos ardores de cultivar y aprender los principios de la lengua castellana, que es la universal de los dominios de España.
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