Cuatro son los autores esenciales que influyen en Sterne, esa especie de Joyce del siglo XVIII: Locke, Swift, Rabelais y Cervantes. Sterne llama a su Tristram Shandy una "sátira cervantina". En la traducción pionera de 1975 Francisco Ynduráin señaló algunos de los elementos cervantinos. El caballo de Yorick es todo un Rocinante, pero la locura de Walter y Toby Shandy, los personajes más quijotescos, está sin embargo fraguada según la teoría de las asociaciones mentales de Locke. Tal vez la alusión más concreta es esta, IV, 32:
"Si -como a Sancho Panza- me hubieran dejado escoger mi propio reino, sé que nunca hubiera elegido un reino marítimo, ni un reino de negros para sacar un solo penique con él, sino un reino lleno de súbditos francos y sonrientes. Y como las pasiones biliosas y saturninas cuando crean desórdenes en la sangre y en los humores ejercen tan adversa influencia sobre el cuerpo político como sobre el cuerpo físico, y como no hay más que el hábito de la virtud que pueda gobernar a esas pasiones sometiéndolas a la razón, solo me queda añadir a mi oración que Dios se digne dar fuerzas a mis súbditos para ser tan prudentes como alegres. Así sería yo el monarca más feliz y ellos el más feliz de los pueblos bajo la capa del cielo"
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