jueves, 31 de agosto de 2017

Esperanza para los que se enfrentan a la muerte. El salmo CXXVI, 2

Me he levantado con una cifra en la mente, no sé por qué: 126 con 2. Lo primero que he hecho ha sido buscarlo en Internet, y ha salido lo siguiente del Psalterio, el salmo 126, versículo 2:

Entonces nuestra boca se llenará de risa,
Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones:
Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.

Es un consuelo que agradezco a Dios. Y sigue:

Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros;

Estaremos alegres.

El salmo entero es este:

CXXVI  

Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion,
Seremos como los que sueñan.

Entonces nuestra boca se llenará de risa,
Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones:
Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.

Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros;
Estaremos alegres.

Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová,
Como los arroyos del Neguev.

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.

Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;

Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Son estas cosas, que raramente me pasan, las que me hacen confiar en la existencia de Dios. Precisamente cuando el anterior post exponía una duda sobre la verdad revelada. 

Porque además resulta que este salmo, meses después, tras la muerte de mi mujer el día dieciocho de octubre, y más en concreto el día diecinueve, observé que aparecía citado en el poema  "Die Auferstehung" (La Resurrección) del romántico alemán Friedrich Gottlieb Klopstock que sirve de texto a la sinfonía 2.º por ello llamada "Resurrección" de Mahler. Las primeras ocho líneas fueron tomadas del poem y Mahler omitió las últimas cuatro líneas de este poema y las reescribió él mismo (Desde "Oh, créelo...").

Resurrección

Coro, Soprano

¡Resucitarás, sí resucitarás,
polvo mío, tras breve descanso!
¡Vida inmortal
te dará quien te llamó!
¡Para volver a florecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas
¡a nosotros, que morimos!

Contralto

Oh, créelo, corazón mío, créelo:
¡Nada se pierde de ti!
¡Tuyo es, sí, tuyo, lo que anhelabas!
¡Lo que ha perecido resucitará!

Soprano

Oh, créelo: ¡no has nacido en vano!
¡No has sufrido en vano!

Coro

¡Lo nacido debe perecer!
¡Lo que ha perecido, resucitará!

Coro, Contralto

¡Deja de temblar!
¡Prepárate para vivir!

Soprano, Contralto

¡Oh, dolor! ¡Tú, que todo lo colmas!
¡He escapado de ti!
¡Oh, muerte! ¡Tú que todo lo doblegas!
¡Ahora has sido doblegada!

Coro

Con alas que he conquistado
En ardiente afán de amor,
¡levantaré el vuelo
hacia la luz que no ha alcanzado ningún ojo!
¡Moriré para vivir!

Coro, Soprano, Contralto

¡Resucitarás, sí, resucitarás,
corazón mío, en un instante!
Lo que ha latido,

¡habrá de llevarte a Dios!

Mahler compuso esta sinfonía al morir un músico amigo suyo, lo que le afectó mucho. Los versos

¡Para volver a florecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas
¡a nosotros, que morimos!

Me sugieren directamente estos del salmo

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Ya antes me pasó cuando por pura casualidad coincidieron con mi circunstancia vital tres hechos fortuitos. Cierta cita de una biografía de Stevenson por Marías en Vidas escritas, el poema "Pero sí tengo..." (1980) de Vicente Cano encontrado por casualidad poco después (y ya sabemos cómo murió Vicente Cano, de cáncer), una traducción mía de cierto poema estadounidense muy parecido al mismo (The House By the Side of the Road, de Sam Walter Foss, que fue repetido por un fallecido que se apareció a su hijo según contaba en un documental sobre estos hechos) y una canción famosa concreta, la de Ghost, oída cuando salía de la escalera, las tres sobre el mismo tema que me afectaba profundamente y que coincidieron sin buscarlas en unos mismos momentos.

Amazing Grace!

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