Solo negocios, en El País, por Juan José Millás. 28 DIC 2025
Érase unas hormigas cuyas larvas solicitaban ser sacrificadas cuando salían del huevo con alguna infección. Sus cuidadoras atendían el pedido sin demora a fin de salvar al resto de la colonia. Tal es lo que decía la noticia del periódico, ilustrada por esta imagen en la que unas obreras adultas revisan el capullo de una cría. El descubrimiento causó sensación en el mundo científico, que se refería a él como una forma de altruismo, palabra muy muy fuerte. Significa pensar en el bien del otro antes que en el propio. Por si fuera poco, insistimos, eran las propias larvas enfermas las que requerían, a través del lenguaje químico de su especie, ser eliminadas. Podrían no haber dicho nada y continuar desarrollándose, pero estaban programadas para decir la verdad. Ahora bien, si la autodenuncia formaba parte de su programa genético, ¿no deberíamos evitar el término “altruismo”? No sé, es todo muy confuso. Me pregunto qué habría hecho yo con una verdad de esa naturaleza. ¿Le habría dicho a mi madre “sacrifícame porque seré un desastre para la familia”?
Sin dramas, añado, comunicarlo sin dramas, como las larvas de las que venimos hablando:
—No es personal, solo negocios.
“Acabad conmigo, porque convertiré el nacionalsocialismo en un movimiento de masas que causará a la humanidad dolores sin cuento”, podría haberle dicho Hitler a su progenitora. Pero se lo calló (quizá ni él mismo lo sabía) y ahí están la II Guerra Mundial y los campos de concentración y el Holocausto. En fin, que la naturaleza, sea por exceso, sea por defecto, se comporta siempre como un cuento de terror.
No hay comentarios:
Publicar un comentario