lunes, 8 de enero de 2007

Panorama del desaliento

Penoso es empezar a trabajar tras unas vacaciones que le han devuelto a uno las ganas de consistir todos los días; la realidad reanuda su erosión y empiezan a doler los callos del alma, que el alma también trabaja, al menos en algunas profesiones, las más duras, al menos desde el punto de vista psicológico, aquellas en que hay que tratar con personas todo el tiempo: policía, profesor, periodista, enfermera, camarero, vendedor... Penoso es ser humano todo el tiempo, lo es valorar y aun más ser valorado por las personas, tomar decisiones ante, bajo, con, contra, para, por, según, sobre ellas. Dice el Quijote que si la vara de la justicia ha de torcerse hacia algún lugar, debe ser mejor hacia la clemencia que hacia la dureza, pero también es menester reclamar algo de rigor y exigencia, pues toda moral se reduce sencillamente a dar ejemplo, con lo que el mal puro y duro se reduce al puro desaliento, desgana y dejadez. La falta de constancia, la falta de pasión y de energía caracteriza a esa infancia sin infancia, a esos chicos que flotan como peces muertos en el río inmóvil de los tiempos muertos y los ratos perdidos, sentados en el borde de la acera sin hacer nada, huyendo del televisor, de sus padres, de los libros, sin coraje para hacer frente a lo que tienen que hacer o usando unas cosas para darle la espalda a otras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario