Si es pensamiento, no es homologable. El pensamiento es fundamentalmente creativo, porque añade y crea más posibilidades de anadir. El adocenamiento mental cunde si nos conectamos demasiado fácilmente a nuestro entorno o lo ignoramos demasiado, porque nada es menos comercial que el individualismo ni ha sido más manipulado por el poder que él, usándolo como estereotipo de spots publicitarios. Pero tampoco se puede ser tan absolutamente mundano y extravertido como un periodista; así que viene a ser cierta la visión heraclitea de Unamuno y su búsqueda de lo que llamaba alterutralidad. Por ejemplo, la mayor parte de la gente lee periódicos nacionales y ve cadenas de televisión nacionales y consume productos nacionales, con lo que se encuentra reducida a ser una mera prolongación de los instrumentos de moldeamiento de masas del ogro económico: el televisor está enchufado al poder y nosotros estamos enchufados al televisor; el castellano que quiera tener una visión más realista buscará lo que le niegan; será tan aldeano como universal: leerá la prensa local y La Vanguardia de Barcelona o un periódico electrónico en francés o inglés, pero nunca lo que le llegue de Madrid; irá a las bibliotecas y no comprará los exitazos "de rabiosa actualidad"; paseará por los contornos de todo, por las afueras, en las que se topará con gente que hace tiempo no veía; irá a comprar la fruta a los mercados de abastos, viajará a los pueblos de al lado en que nunca ha estado o a Mali en vez de a Benidorm, que ya ha visitado cuatro veces, y disfrutará de la televisión con solo dos canales, de los que se ven sólo a blanco y negro. Así es probable que empiece a gozar de extrañas visiones místicas, a tener pensamientos inusitados, se verá alejado del rebaño de los que dicen: "Veeeen". Cucha, oye.
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