sábado, 13 de septiembre de 2008

Isidoro Enríquez Calleja

Para resucitar este muerto manchego tan interesante son escasos los datos que he podido reunir; he exprimido Internet y usado el Gómez Porro y el meritorio trabajo del Colectivo Sinaia, "Isidoro Enríquez Calleja", Castellanos sin Mancha, Madrid: Celeste Ediciones, 199, pp. 178-179. Luego le he dado digna sepultura en la Wikipedia, con el pseudónimo que utilizo ahora, El gato Félix:

Isidoro Enríquez Calleja (Torre de Juan Abad, Ciudad Real, 1900 - México, 21 de noviembre de 1971), pedagogo, periodista y ensayista español.

Biografía

Tuvo una infancia desgraciada en el Asilo de huérfanos de Ciudad Real. Posteriormente estudió Magisterio en Madrid y en Barcelona. Profesor de lengua y literatura española. Fue amigo de Ramón Gómez de la Serna y experto en Juan Ramón Jiménez. Tras la Guerra Civil, llegó a Veracruz a bordo del Sinaia con otros 1.800 refugiados españoles. De su colección completa de los dieciocho números publicados en mimeógrafo entre el 26 de mayo y el 12 de junio de 1939 del periódico que los republicanos emigrados editaban a bordo, el Sinaia. Diario de la primera expedición de republicanos españoles a México, se pudo hacer una edición facsímil más tarde. Colaboró en la fundación del laboratorio psicobiológico del Colegio Militar de México y fue profesor de lengua y literatura en la Escuela Nacional Preparatoria y colaborador de la revista Las Españas (1943-1963). Pío Caro Baroja, en su obra El gachupín, lo recuerda en la tertulia de El Aquelarre, de la que formaban parte Mariano Granados, José Ramón Arana, Anselmo Carretero, Francisco Rivero Gil y José de la Colina y Otaola. El que fue su alumno Vicente Guarner lo describe así:

Un hombre muy pintoresco; menudo de estatura, de pobladas cejas y recortado bigote,que hablaba un castellano seductor, de suaves tonalidades, que impregnaba sus tonalidades y sus clases de un aire muy agradable. Al dar inicio a su cotidiana lección, encendía invariablemente un cigarrillo "Delicado" que, delicadamente, a su vez, dejaba en una de las comisuras de sus labios y acto seguido apoyaba uno de los pies en la barra de las patas de una silla, abría un volumen, regularmente de la colección Austral, y principiaba a leer en voz alta. Cuando llegaba al primer punto, le daba una virtuosa e indulgente aspirada al "pitillo" y la emprendía a comentar acerca de la imagen, la frase, el juego de palabras y, sobre todo, aquello que el profesor había querido decir (Vicente Guarner, Murmullos en el ático. Ensayos y leyendas, 1996, p. 50-51)

Obras

*Tercer curso de lengua y literatura. Esfinge, 1956.
*La literatura antifascista en la nueva escuela, Barcelona: Ediciones de la Cooperativa FETE, s. a. (¿1937?).
*Tres celdas para Sor Juana, México, 1953; reimpreso en Toluca: Instituto Mexiquense de Cultura, 2000.

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