Dice el periódico El País que el biólogo alemán y catedrático de la Universidad de Munich Josef H. Reichholf, en su nuevo libro Por qué los hombres se volvieron sedentarios, sostiene que nos volvimos agricultores hace 10.000 años para beber cerveza y embriagarnos o emborracharnos, ya que ese hecho creaba cohesión social, dando pie a la llamada revolución del Neolítico, y no con el fin prioritario de mejorar o asegurar la alimentación.
Igual iniciamos la revolución del Neolítico para soportar mejor a nuestras mujeres, ahogando nuestras penas en alcohol; las mujeres siempre han estado en el centro de los grandes avances y progresos de la Humanidad. Eso explicaría la avisada deducción del profesor y biólogo, catedrático de la Universidad de Munich, Josef H. Reichholf...
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