miércoles, 4 de febrero de 2009
Verbalizar
La soledad es paralizante. A mí, al menos, me suspende las ideas en una especie de niebla de contingencia impidiendo que se encarnen en hechos reales. Pero cuando empiezas a hablar con otra persona, por ejemplo, tu mujer, y empiezan a salir, con la forma de la palabra adquieren una mayor entidad, tienen mayor cuerpo y presencia y así no las olvidas, las tienes presentes y dejas de estar inmóvil para ponerte activo y ejecutarlas. Porque las palabras son tus preocupaciones. Verbalizar es sano: hablar hace que vivas: lo que es mortal e insano es el nuboso pensamiento, que nunca coagula. La lectura es también un poderoso método para verbalizar; lo que ocurre es que te abre tal panorama y tan anchos horizontes que a algunos, muy ignorantes, les puede angustiar, porque esos horizontes se les antojan abismos dónde pueden perderse con todo lo que tienen. Les revela el abismo de la ignorancia. Eso lo saben muy bien los muchachos, que huyen de ella como de la peste.
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