miércoles, 30 de septiembre de 2009

Barullo


Juan Manuel me pide un ejemplar de mi edición de las Obras de Carlos de Praves, y se la envío. También le remito por fin a Jorge Luján el artículo que me pedía para la revista de la Academia Guatemalteca de Historia. Como siempre, me he pasado de rosca, y es probable que me la editen en folleto a causa de la extensión en vez de como artículo. Me escriben del Instituto de Estudios Humanísticos de Teruel diciendo que les envíe de una puñetera vez la revisión de la tesis para imprimirla en dos tomos y hacer el presupuesto; está hecha, pero el perfeccionismo no me deja en paz con los putos detalles. Tengo que remitirle unos datos a Joaquín, acabar el libro sobre Juan Calderón que me pedía Calero y rematar los varios libros y artículos que tengo a medias, remitir el artículo sobre Félix Mejía en los Estados Unidos que me pidió Raúl Morodo, pedirle un prólogo, excusarme con Francisco Rico (por fin he dedidido no hacerle la edición de Espronceda) y además preparar y dar las clases y llevar el papeleo de la tutoría, ayudar a mis hijas en los estudios, escribir este blog, porque al parecer se lee, y no poco, y no estresarme, porque luego lo pagan mis arterias y mi insomnio, aunque nunca mi familia y mis loros, a los que adoro y que, como siempre, me adoran ellos todavía más,
no sé muy bien por qué. ¿Hay quien aguante esta vida? Necesito un poco de lullaby.

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