miércoles, 28 de julio de 2010

Autonomías

¿Para qué sirven las autonomías, ese moderno monstruo de Franlenstein que no está muerto ni vivo, que ni es región ni lander ni federación ni nación ni nacionalidad ni comunidad autónoma ni mancomunidad ni comarca ni la madre que lo parió y que a lo más que se parece es a una satrapía? Para multiplicar los pasos y enlentecer, encarecer, enredar e impedir la justicia y la resolución práctica de los problemas, para, a la oscuridad o sombra de esa confusión, aumentar el secretismo y los índices ingénitos de corrupción; para reducirlo todo a cuestiones de publicidad y compadreo y, por último, para que el ciudadano pierda los derechos designados, que no ganados con una ridícula constitución que más bien es carta otorgada gracias a un caciquismo nuevo, el neocaciquismo, que retrotrae a los últimos tiempos del XIX. La operación consistía, fundamentalmente, desde la famosa e inexistente transición, en transformar a España en una especie de Italia donde la mediocre burguesía franquista pudiese robar impunemente o con una modesta y falsa capa de legalidad constitucional, aarinconando los valores republicanos del mérito, la capacidad y el trabajo, y nadie se atrevía a decirlo, salvo tal vez un individuo algo gilipollas cuyo apellido empieza por J., pero es la verdad. Hay un número enorme de funcionarios duplicados y de sobrantes comités cuya única función es cobrar y justificar dudosillas transacciones de dinero; demasiados políticos, senadores y legisladores alérgicos a la vergüenza, a la dimisión y al paro (suyo) que legislan sobre materias inútiles y estúpidas y sofocan e impiden articular el desarrollo económico; mafias tan infiltradas que han hecho de los políticos hombres de ladrillo y políticos catarriberas y mequetrefes que viven de la bandeja de tapas, de chupar mindas y de lamer culos. ¿Y que es lo más gracioso de toda esta cueva de ladrones? Que aún le falta un Alí-Babá como Berlusconi.

1 comentario:

  1. Usted tiene gran parte de razon, pero me pregunto si el remedio no seria peor que la enfermedad. Por otra parte en nuestra era postindustrial y cibernetica en donde todo se agiliza y resume, ¿no le parece anacronico crear un pesadisimo y lentisimo aparato de estado que a la postre alienta todo tipo de corrupciones (como se ha visto tras el comunismo) ?

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