viernes, 14 de enero de 2011

De los montes de piedad a los bancos impíos


Alguien, porque esto no tiene nombre, como los más sucios de los crímenes, ha decidido que las cajas de ahorros se transformen en bancos. Que las entidades que tenían por fin prestar dinero a bajo interés al pobre e invertir en fines sociales, presten a interés más alto y con fines egoístas.

Porque eso es lo que han provocado los políticos que han echado mano de las cajas de ahorros para pagarse las prebendas que se han autoconferido o las nuevas que se han inventado, las corruptelas que han permitido o han generado, sus especulaciones con el suelo, sus estructuras de mamancia dizque estructuras autonómicas, las ruinosas empresas de televisión so capa de información, que son sólo de publicidad, o sus autoautorizados robos con cara de préstamo.

Las cajas de ahorros poseen, perdón, poseían como finalidad invertir en cultura y fines sociales; ahora, tras su saqueo por parte de las autoautoridades que se autovotan por medio de su supuesta auto publicitada autodemocracia, su única salvación (que es la única que les interesa) consiste ahora en transformarse en bancos; ¿qué harán ahora para seguir robando? ¿Llegar a una nueva fase de latrocinio y convertir a los autobancos en centros de usura con sede en las islas Caimán? ¿Esos bancos que, después de largos y sufridos periodos en el poder, los contratan como consejeros en sus juntas con contrato millonario y jubilación dorada? ¿Qué les va a quedar así por robar al pobre? ¿De dónde van a sacar si ya no hay? Qué jeta, qué jeta. Y a esto lo llaman política.

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