jueves, 3 de febrero de 2011
La agitación social en la era de Internet
Cada vez más frecuentemente se está viendo que Internet se ha convertido en un factor desestabilizador para el poder político de corte autoritario, cuando ha podido generalizarse lo suficiente gracias a una cierta tasa de riqueza. Cuando internet se generalice en los países pobres, eso será todavía más evidente. Tanto los países neocapitalistas (China y satélites, Árabes) como los capitalistas clásicos (Estados Unidos o Europa, o ese curioso caso de Brasil y satélites) intentan legislar, cada uno a su modo, para evitar el desarme ideológico a manos de la plebe democrática y la desestabilización de sus medios de mamoneo bancario por medio de las diveras redes sociales y wikis colectivas que como la de Wikileaks se teje a través de móviles y ordenadores en busca de valores más éticos que políticos. La vieja vindicación de Fausto y del capitalismo: la riqueza material a cambio de la miseria moral. Hace unos meses el CESID informaba de que ya no tiene tiempo suficiente para prevenir ciertas amenazas que se congregan o disvuelven a la velocidad del rayo, y cuya desmontura se vuelve extraordinariamente compleja precisamente a causa de las nuevas tecnologías y los diversos procedimientos de encriptación y evasión. La variada formología de intoxicación y manipulación de la voz pópuli por la inteligencia del estado, al servicio de las metanacionales, que opera sobre todo a través de la prensa, la televisión y la radio, se muestracada vez menos operativa en los círculos anónimos y enmascarados de internet, que reflejan ese mismo anonimato y aun reproducen esa manipulación a escala global, de forma que difícilmente pueden penetrar o controlar puntualmente el destino social sino a costa de requerir unos fondos que no obtendrían y que en todo caso de nada les servirían, a causa de la misma naturaleza incorpórea y ubicua del rencor moral contra el cual combaten.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Gimnasia revolucionaria
ResponderEliminarLos cicloritmos tienen estas cosas. Ya tocaba conmoción, con o sin red, y el antiguo imperio otomano tiene tantas o más bazas que el austrohugaro en los noventa. Pero la geoestrategia jugará sus bazas. Al final los beneficiados serán... los inversores.
Aquí no se pasa hambre, hay mucho paro pero se come y se da por supuesto, que se comerá. El problema es que se malvive. Ah corazón! ¿cuántas veces pagarás la culpa?. Y todo cicloritmo ¿tiende a cero, o, a infinito?