miércoles, 30 de marzo de 2011

Pronto

-Padre. ¿Qué animal es el de este dibujo? ¿Un dinosaurio?
-No, hija, es una ballena, un animal extinguido hace unos veinte años, cuando la Amazonia todavía no estaba urbanizada.
-¿Tú llegastes a verlas?
-Sí; una vez cuando iba en barco a América. Cantaban ¿sabes? y soltaban un chorro de vapor por la nariz. Tenían la costumbre de seguir a los barcos.
-¿Por qué desaparecieron? ¿Eran malas?
-No hacían daño a nadie; se alimentaban de microorganismos marinos; los hombres las cazaban porque la industria de lujo busca  lo más escaso y caro para elaborar sus productos. Eran mamíferos que tenían hijos como nosotros, los animales más grandes y más nobles del mundo. Tal vez por eso ya no existen. Y recuerda esto: algún día podrás decir a tus hijos que tu padre vivía en unos tiempos en que aún existían las ballenas.

1 comentario:

  1. Tarde

    -Padre. ¿es cierto lo que dice la canción?
    -¿Qué es lo que dice, hijo?
    -Que el tiempo es veneno.
    -Pues según como se mire, cuando yo tenía tu edad, se cantaba que el tiempo todo lo cura.
    -Eso es lo mismo pero al revés. Bien mirado, la vida y la muerte son las dos caras de la moneda de la salud.
    -¿De dónde sacas esos razonamientos, hijo mío? El tiempo es imperceptible, sin embargo, la vida y la muerte son pura percepción.
    -Ya, como la radioactividad que no se huele, no se siente, pero te deshace por dentro.
    -Estaría bien poder pasar la factura de todos estos desastres provocados por los humanos.
    -¿Y a nombre de quién extenderás el cheque?
    -Podría pasar factura al portador, podría ser, pero no.

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