martes, 12 de abril de 2011

Dolores de alma

Esta mañana estoy chungo. Seguramente no tengo derecho a estar chungo, pero lo estoy. Chungo es un vocablo con algo de cómico, pero otro sería más increído y menos oíble. La gente no escucha gritos pelados, quizá porque la intensidad es siempre inarticulada y no tiene, no posee, no le consta sentido alguno. Y así es como uno se siente sin sentido que le ladre, reducido a gemir en algún oscuro y profundo calabozo de sí mismo. 

Nos despegamos del suelo como un altibajo de pulso; nos atrevemos a deformar el horizonte con nuestra facha erguida y a marchar a nuestro destino marcado por el itinerario de la nómina y las obligaciones de todo tipo que nos pesan como a un globo los sacos terreros. Desfilamos en las filas del orden y aspiramos a instaurarlo rezongantes en las cabecitas vírgenes de los fulanitos españoles.

Pues que así sea. Qué más dará.

1 comentario:

  1. Vasos comunicantes

    Cada pequeña cosa que logramos levantar impulsa a los demás, quizá solo nos quede ser eslabón. Pero anímate, puedes sentirte ufano de hacer tener un buen rato a algunos de nosotros.

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