martes, 3 de mayo de 2011

Wilde, flor en el ojal.

Se sorprendía mucho Borges, después de merendarse a Óscar Wilde, al extraerle la curiosa extravagancia de que tenía razón, o que, de otra forma dicho, tenía una forma muy poco singular de aproximarse a la verdad. En efecto, así es. La frivolidad en él es doblemente aparente, y encubre un pensamiento profundo que, en última instancia, parece venir de los alemanes, a los que leía de tapadillo, puesto que siempre se consideró un afrancesado; en esa mezcla de ironía volteriana, filosofía germánica y decadentismo logró alturas admirables con el cohete del epigrama. Aquí copio una de sus obras, muy desconocida, pero excepcional: 


Frases y filosofías para uso de la juventud


Óscar Wilde


La primera obligación en la vida es ser tan artificial como se pueda. La segunda obligación hasta ahora no ha sido descubierta.


La perversión es un mito inventado por las personas buenas para describir el curioso atractivo de los demás.


Si los pobres tuvieran por lo menos un buen perfil, sería sencillo resolver el problema de la pobreza.


Los que no ven diferencias entre el alma y el cuerpo no tienen ninguna de las dos.


Un ojal realmente bien hecho, es el único vínculo entre el arte y la naturaleza.


Las religiones mueren cuando se prueba que son ciertas. La ciencia es el registro de las religiones muertas.


Las personas de familia contradicen a otros. Las personas sabias se contradicen a sí mismas.


Nada de lo que realmente ocurre tiene algo de importancia.


La estupidez es el principio de la seriedad.


En todos los asuntos sin importancia, es el estilo, no la sinceridad, lo verdaderamente esencial.


Si alguien dice la verdad, es seguro que tarde o temprano, será descubierto.


El placer es la única cosa por la que se debe vivir. Nada envejece tan rápido como la felicidad.


La única forma de vivir en la memoria de las clases comerciales es nunca pagando las deudas.


Ningún crimen es vulgar, pero toda vulgaridad es un crimen. Vulgaridad es la conducta que toman los demás.
Sólo los superficiales se conocen a sí mismos.


El tiempo es una pérdida de dinero.


Uno debería ser siempre un poco improbable.


Siempre existe una fatalidad en las buenas resoluciones. Siempre son tomadas demasiado pronto.


La única forma de expiarse por estar de vez en cuando exageradamente vestido es ser siempre exageradamente educado.


Ser prematuro equivale a ser perfecto.


Cualquier preocupación sobre qué está bien y qué está mal demuestra un estancamiento en el desarrollo intelectual.


La ambición es el último refugio del fracaso.


Una verdad deja de serlo cuando más de una persona cree en ella.


En los exámenes, los tontos siempre preguntan cosas que los sabios no pueden responder.


Los atuendos griegos eran verdaderamente inartísticos. Nada debe revelar al cuerpo, excepto el cuerpo mismo.


Uno debería: o ser una obra de arte o llevar una consigo.


Sólo perduran las cualidades superficiales. La naturaleza interior del hombre siempre es sacada a la luz.


Las industrias son la raíz de la fealdad.


Las eras existen en la historia por su anacronismo.


Sólo los dioses experimentan la muerte. Apolo ha muerto, pero Jacinto aún vive. Nerón y Narciso estarán siempre con nosotros.


Los viejos todo lo creen, los adultos todo lo sospechan, pero los jóvenes todo lo saben.


La condición para ser perfecto es ser ocioso, el objetivo de la perfección es la juventud.


Sólo los grandes maestros del estilo logran ser oscuros.


Hay algo terriblemente trágico acerca del gran número de jóvenes en Inglaterra que actualmente empiezan una vida con perfiles perfectos y terminan adoptando una profesión útil.


Amarse a uno mismo es el inicio de un romance que dura toda la vida.

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