sábado, 29 de octubre de 2011

Apólogo de la fuga de cerebros

Sólo los cerebros se fugan; por eso en España no hay fuga de cerebros. "Muy negro", me diréis; pues lo demostraré. Tras la Guerra Civil hubo una enorme fuga de cerebros; dieron cátedras de universidad por méritos políticos, y no académicos. Purgaron el magisterio, además, y fomentaron la enseñanza privada religiosa, no la laica. La Posguerra trajo otra pequeña fuga de cerebros, más económica que política. Y ahora que ya hay una cierta formación de cerebros en agraz, todas las puertas les están cerradas. Ya no quedan cerebros para la fuga; entre otras cosas, la educación superior, donde todavía había algunos, se ha quedado llena de sucedáneos enchufados y los cerebros en agraz, ahora que podían competir en igualdad de condiciones (normativa que sólo se hizo cuando todos los puestos estuvieron bien ocupados), han visto que ya todos los puestos de cerebro están ocupados con estómagos, no pueden instalarse en su lugar y tienen que trabajar como mucho haciendo de bazos, rectos, apéndices o lo que sea, y se conforman con eso. Ya ni siquiera desean ser cerebros hechos y derechos, porque el ninguneo ha hecho bien su trabajo; son cosas de la generación tapón y de la burguesía que representa, la formada con los franquistas, la más mediocre de Europa.

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