sábado, 25 de febrero de 2012
Soluciones a tareas imposibles I. Avergonzar a un político.
Hay algunos trabajos que son casi imposibles; "la tarea del negro", que se dice en el mus. Como en Los trabajos del infatigable creador Pío Cid de Ángel Ganivet, quien, no en vano, terminó suicidándose, pues hay cosas que no, no, no es posible llevar a término, y la vida no es una de ellas. En alguna ocasión he afirmado que la prueba de la inteligencia general que se hace a los seres vivos, la de reconocerse en un espejo, no la pasarían los políticos. Su imagen real no es la que ellos tienen de sí mismos, una cosa fea que han dicho o hecho nunca la han dicho o hecho ellos. Son alérgicos al sentido común, a la lógica y, sobre todo, a la vergüenza. Pero como soy una persona práctica, es decir, no soy político, voy a proponer un remedio muy sencillo y legítimo para garantizar la vergüenza a los políticos y hacer que la gente se eduque y piense. La idea me ha venido al leer que Nelson Mandela ha enfermado y corre serio riesgo de morir. Pensé: "He aquí al verdadero presidente de este planeta, alguien con suficiente autoridad moral para gobernarnos a todos" Y, al momento, di con la solución. Si los políticos son incapaces de crear un gobierno global que reparta la pobreza y garantice un mínimo de ética en las relaciones económicas internacionales que gobiernan el mundo, creémolo nosotros, aunque sea de manera simbólica. Que todos los internautas voten un presidente mundial y un gabinete simbólicos que puedan hacer declaraciones en nombre de toda la humanidad y avergonzar con ellas a los políticos y banqueros de mierda que nos maltratan. Esas declaraciones tendrían mucha autoridad moral, aunque ninguna autoridad política, y servirían para poner coto a gilipollas como Asad, Chávez, Castro, Putin, Merkel y demás. ¿A que mola?
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