Abc ha publicado un artículo que resume las peregrinas teorías de un cosmólogo polaco, doctor en física, de algo farisaico nombre: Nikodem Poplawski; trabaja en la Universidad de Indiana y ha levantado bastante polvareda al reinterpretar con elegancia las famosas ecuaciones de Einstein y descubrir en ellas una pequeña pero reveladora imprecisión relativa a una propiedad del espacio-tiempo conocida como torsión que no se ha tenido en cuenta a la hora de explicar las propiedades de los agujeros negros y sirve para evitar de una vez por todas el famoso escollo de la singularidad. El artículo está aquí y, según él, nuestro universo se encuentra en el interior de un agujero negro y seríamos solamente sombras constituidas por la información proyectada en su horizonte de sucesos, pues calcula que la gravedad llega un momento en que, merced a la torsión, rebota como un muelle y se transforma en opuesta energía oscura originando la visible inflación y expansión del Universo y la apertura de un agujero de gusano: esto explica el enigma de la energía oscura, la expansión del universo y algunas anomalías gravitatorias observadas, pero nos reduce a fantasmas de una realidad platónica anterior y superior, un universo diferente. La Realidad con mayúscula sería, pues, una especie de espuma porosa donde las pompas de jabón se interencajan sucesivamente y, al parecer, no vivimos, sino que estamos muertos dentro de un agujero de gusano, en el sentido de que todos los pixels de nuestra trayectoria temporal están ya contenidos y presupuestos en él. Y no para ahí: afirma que el eje de cada agujero negro se hereda en el siguiente, de forma que es posible deducir qué universos provienen de otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario