Manuel Ruiz Rico "La UE perderá 600.000 empleos por el tratado comercial con EEUU", en Público
Un estudio presentado en el Parlamento Europeo prevé en Europa pérdidas de empleo, capacidad económica, salarios y hasta en exportaciones por el polémico acuerdo que Bruselas y Washington negocian a puerta cerrada.
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BRUSELAS.- El TTIP supondrá en Europa la destrucción de 600.000 empleos en una década, 90.000 de ellos en los países del sur, la caída del PIB -de hasta el 2% en el norte de Europa-, pérdida en el poder adquisitivo de las familias -5.500 euros al año por trabajador en Francia- y, por tanto, un descenso en la recaudación de los Estados de hasta el 0,64% del PIB en el caso de Francia, a menudo el país más perjudicado.
Éstos son los datos que ha arroja el estudio de impacto sobre el acuerdo comercial y financiero entre la UE y Estados Unidos realizado por el economista Jeronim Capaldo, de la Universidad de Tufts, en Boston, y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El documento ha sido presentado este jueves en una serie de conferencias sobre el polémico TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) organizadas por el grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) en la sede de Parlamento Europeo de Bruselas.
Capaldo: “Disminuirá la capacidad económica de las familias y, por lo tanto, el consumo y los ingresos del Estado. Eso podrá llevar a una expansión de la deuda"
Esos datos contradicen severamente los reflejados estudio principal encargado por la Comisión Europea, que prevé, entre todo tipo de efectos positivos, que “las exportaciones de la UE aumentarán un 28%, lo que supondrá 187.000 millones de euros” adicionales en la economía de los estados miembro.
Capaldo se mostró ayer escéptico con las previsiones del estudio oficial que defienden a capa y espada liberales, conservadores y socialdemócratas, impulsores del TTIP en la Eurocámara. El documento fue redactado en 2013 por el Centro de Investigación de Políticas Económicas de Londres, criticado por varias organizaciones y partidos críticos con el TTIP, y financiado sobre todo por los bancos centrales de diversos países europeos.
Menos capacidad adquisitiva
Según el economista norteamericano, emplea un marco de estudio que presupone que el comportamiento de la economía va a ser ideal, algo que él considera difícil. “Esto es muy problemático porque en Europa hay un desempleo persistente y los trabajadores han perdido capacidad adquisitiva porque los salarios han tendido a bajar”, razona.
Capaldo criticó también que estudios de la UE y otros que han arrojado resultados similares han empleado el mismo enfoque, “pero lo preocupante es que, incluso así, prevén unos aumentos importantes en exportaciones hacia el exterior de la UE pero apenas en cuanto al comercio intraeuropeo. Esto sorprende mucho si el objetivo de la UE es la integración y no la desintegración europea”, apunta.
Lola Sánchez: “Convertirá a las grandes empresas en colegisladoras, les permitirá velar por la pureza de las leyes del mercado neoliberal”
El economista añadió que otro de los efectos previsibles del TTIP será que las presiones competitivas irán aumentando, y esa mayor competencia hacia la UE tendrá consecuencias negativas en el reparto del trabajo y los costes laborales, que tenderán a disminuir en Europa”. Esto, ahondó, “disminuirá la capacidad económica de las familias y, por lo tanto, el consumo y los ingresos del Estado y, al final, podrá llevar a una posible expansión de la deuda al tener que recurrirse cada vez más a los créditos”.
Para contrarrestar estos argumentos, el economista jefe de la Dirección General de Comercio de la Comisión, la que negocia el TTIP, Lucien Cernat, aportó más ideología que argumentos o estudios. “Hasta que no se conozca la última coma del TTIP no se pueden tener datos fiables de sus repercusiones económicas”, dijo, y para desacreditar el informe de Capaldo, añadió: “El equilibro entre comercio y empleo es muy complejo y el modelo de Capaldo no está preparado para analizar un acuerdo comercial y menos el más importante que se va a firmar en el mundo”, apostilló. Sin embargo se quedó ahí, no aportó más que sus palabras al argumento. Ni un dato.
Al menos, el autor del estudio de la Comisión, Joseph François, señaló que el acuerdo comercial ya firmado entre Estados Unidos y Canadá, el NAFTA, “ha creado en EEUU 250.000 empleos", con lo que previó que sucedería lo mismo en Europa ante un acuerdo similar. Eso sí, François omitió la destrucción de casi un millón de empleos en México que también generó el NAFTA, una de las cifras que no suelen subrayar las instancias oficiales ni los defensores del TTIP.
Más especulación
Por su parte, Álex Izurieta, economista de UNCTAD (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo), también aprovechó para cargar contra el TTIP. Izurieta aseguró que lo que más le preocupa no es que eliminen los aranceles entre ambas orillas del Atlántico “porque ya son casi de cero”, y ni siquiera los aspectos comerciales del tratado.
“Lo que más preocupa es la liberación de capitales que supondrá. Está ya liberalizado en la UE y en los EEUU pero la tendencia es a una mayor liberalización. Esto es muy preocupante porque si la tendencia es ir perdiendo demanda en los hogares debido a la presión en los salarios a la baja, la mayoría de las inversiones buscarán sectores más especulativos”, alertó.
Ante este panorama, Lola Sánchez-Caldentey, eurodiputada de Podemos, uno de los partidos organizadores del evento, señaló que el TTIP “convertirá a las grandes empresas en colegisladoras, a través de un mecanismo llamado consejo de cooperación reguladora, que no es sino una inquisición que velará por la pureza de las leyes del mercado neoliberal”, zanjaba.
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