miércoles, 9 de noviembre de 2016

Otro Coloquio entre Monos y Una

Μέλλοντα ταύτα 
(Sófocles, Antígona)

Se ve venir el final de muchas cosas, por lo que uno se replantea hacerlas y así las va abandonando sin conseguir nada. ¿Para qué? Con ello ese final se acercaría aún más. Y ese final, suponiendo que lo haya en la tarea inacabable, no es un logro ni una meta, es una extinción. 

Me está pasando: todos los días veo crecer en mí ese final, su vacío me ocupa cada vez más espacio y más memoria incluso, pues me cuesta muchísimo trabajo recordar los buenos momentos que tuve, que los hubo, sin duda, aunque ahora no puedo reunirlos: ahora ni siquiera podría recordarlos todos juntos ni en sucesión; solo de vez en cuando vislumbro alguno. Y el resto es oscuridad, desorden, ruido inútil. Lo que justifica mi vida se halla sin duda fracturado y disperso, y necesitaría muchísima meditación y tranquilidad para poderlo ir reuniendo y recomponiéndolo en algún lugar que para mí es imposible encontrar. Si lo hiciera, tal vez, podría reconstituirme y durar un poco más.

Porque lo que hay en lo que hay, lo que tengo, son pocos motivos, ningún entusiasmo, mucho aburrimiento, bastante mala salud y apenas energía. Todo parece repetirse como si no encontrara un fin. Es desagradable.

El mundo parece el cadáver de otro anterior cuya alma se ha ido. Y se ha formado sumando en su materia los cadáveres de los que se fueron. Probablemente todo lo que haya hecho será también parte de esa cosa muerta.

Por supuesto, están todos a quienes de alguna forma he ayudado, pero ya uno no puede seguir haciéndolo si ha perdido la gasolina, si ve que nadie le ayuda a uno a conseguir... ¿qué?

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