martes, 3 de octubre de 2023

La crueldad del emir Alhakén, también llamado Alhakam

De Ignacio Heredia, en Quora:

Yo pondría como el monarca más cruel que ha reinado en España al emir omeya Al Hakam I de Córdoba, maestre mayor de los tiranos que han reinado en la Edad Media hispana.

De carácter rencoroso y estricto, se enfrentó a sus súbditos un día 25 de marzo del año 818, el decimotercero del mes ramadán del 202. Todo empezó en el mismo momento en el que un esclavo del emir no quiso esperar turno en una espadería del zoco de Saqunda y, airado, mató al espadero.

Los impuestos abusivos por orden del comes mozárabe Rabí Ibn Teodulfo, las represiones crueles, especialmente las del 805, contra los nobles de Córdoba, y los abusos constantes derivaron en una revuelta espontánea y animada por dos alfaquíes,Yaha Ibn Yaha al Laithy y Talut Ibn Abd Al Shabbar, que marcharon al unísono sacando a todo el arrabal, una población total de 25000 habitantes, para llegar al alcázar cruzando el puente romano de Córdoba (Roma contaba con la misma población en ese siglo, imagínense cuánta población existía en total en la Córdoba emiral)

Al Hakam estaba llegando al alcázar después de una mañana de caza y se topó con la muchedumbre, que lo cercó e insultó. Su escolta lo salvaguardó e, inmediatamente, apresó a diez para crucificarlos in situ. Los ánimos se incendiaron y subió la ira los amotinados, pero no pudo durar mucho su día de furia.

El jefe de la caballería, de la familia Omeya, primo para más señas, Ubayd Allah Ibn Abdallah, rechazó con sus fuerzas de a caballo a la masa, haciendo que se retirarán hasta la puerta del puente Romano. En ese momento, hizo que actuaran los ejércitos de los''mudos'', extranjeros que no hablaban ni árabe ni mozárabe, para caer sobre el arrabal tras empujar a los amotinados a marchar hacia atrás por el puente. Cuando el ejército de los ''mudos'' cruzó la orilla se produjo la catástrofe. Ubayd, por orden de su primo el emir Al Hakam, mandó quemar, derruir y perseguir a cuantos se encontrarán a su paso durante tres días.

Al Hakam ordenó cubrir con sal los terrenos del extinto barrio y no fue vuelto a levantar ningún edificio hasta que en el 1236, año de la conquista castellana, fue poblada la margen derecha del río Guadalquivir. La labor exterminadora fue realmente efectiva, pues tras sacar sus restos en las labores arqueológicas durante la primera década del siglo XXI, los cimientos no superaban el medio metro de altura.

Tras la demolición de todo el arrabal se procedió a ejecutar por crucifixión a trescientos amotinados y se obligó en un plazo de tres días a la expulsión de Córdoba de los diez mil supervivientes

A una parte de los exiliados se le debe la creación del barrio andalusí de Fez y otra estuvo buscando desesperadamente refugio. Consiguieron poder asentarse en Alejandría hasta llegar a tomar la dirección de la ciudad. Como los alejandrinos estaban cansados de estos forasteros, los alentaron a salir de la ciudad con el propósito de conquistar Creta al imperio bizantino, hecho que lograron en el 827, nueve años después de vagar por el Mediterráneo, creando un estado en donde volvieron a ser dueños y propietarios hasta que, en la campaña del emperador Nicéforo Focas del 960 al 967, volvió Creta a ser de dominio del Imperio Romano Oriental.

Fue el punto culminante de una serie de crueldades que sistemáticamente realizó desde su ascenso al trono, fechado en el año 796. Aplastó con crueldad las aspiraciones de sus tíos por sustituirlo, maltrató a la población hispanorromana goda conversa y, antes de Sequnda, arrasó con los mozárabes y muladíes en las Jornadas del foso de Toledo en el 797, dejando que se divirtiera sádicamente su matón favorito, el oscense Amrus Yusuf, al punto de todavía acordarse de ello el refranero español con la frase ''pasar una noche toledana'', para referir que se ha pasado una noche con múltiples complicaciones.

Por cierto, los barceloneses deben a este emir que Barcelona sea cristiana, pues, a pesar de que el gobernador de Barshiluna reclamo asistencia desesperadamente durante tres años en el asedio con el que le cercó Ludovico Pío del 798 al 801, en ningún momento recibió ayuda, ocupado como estaba Al Hakam en matar cuanto enemigo interno se le presentase.

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