Una Karen (estereotipo universal, pero sobre todo estadounidense, al parecer):
"Cuando estuvimos en España había demasiados españoles allí. La recepcionista hablaba español, la comida era española. Nadie nos dijo que habría tantos extranjeros"
¿Cuánto tiempo hace que España no hace algo para evitar la presencia de españoles en sus fronteras? ¿Qué han hecho en todo este tiempo? Es todo muy desalentador... Uno que trabajó en Londres durante años conoció a muchos visitantes estadounidenses. En un viaje en el metro, se puso a charlar con una pareja de Florida. Él dijo: "Me resulta muy raro estar aquí rodeado de extranjeros". Le respondió: "Pero, como visitante, técnicamente tú eres el extranjero". Decir que se quedó sin palabras es quedarse corto. Los estadounidenses llegan tarde a todas las guerras y piensan que siempre han sido los pacíficos en ellas. Dicen: "Los estadounidenses no invaden ni se adueñan de las tierras de otros pueblos". Pero no es de creer que sus indios, hawaianos, mexicanos, esquimales y puertorriqueños estén de acuerdo. Otro vivió en Estados Unidos durante dos años e hizo buenos amigos. Uno de ellos le preguntó con toda sinceridad, desde el corazón, "por qué algunas personas odian a Estados Unidos teniendo en cuenta todas las cosas buenas que hacemos por el resto del mundo". Entonces le mencionó documentos oficiales desclasificados (no teorías conspirativas o de izquierdas, ni nada por el estilo). Mencionó el papel de Estados Unidos en la implantación de dictadores en América Latina, cómo Estados Unidos solía enseñar a la policía y al ejército de Argentina a torturar, cómo Estados Unidos mató a un presidente elegido democráticamente en Chile, cómo Estados Unidos ayudó a esos dictadores a esconder su dinero, cómo Estados Unidos ayudó a las megacorporaciones a matar a los agricultores locales que se resistieron a ellas y varias cosas más. Entonces preguntó "no, eso no puede ser verdad", y yo le dije "lo es: mira qué coincidencia que solo te importa la democracia donde y cuando hay recursos naturales que necesitas". Eso fue en 2007, en pleno auge de las guerras de Irak y Afganistán por el petróleo. Se quedó como paralizado. Por otra parte, no se puede llamar a Trump líder del mundo libre sin esperar que el mundo libre tenga una opinión. Una de Singapur fue a la universidad en Michigan en 2006, y una chica estadounidense le preguntó cómo era posible que los singapurenses entendieran inglés. Le dijo que el idioma nacional de Singapur es el inglés, que el plan de estudios de nuestra escuela es en inglés y que, si bien eran de muchas etnias diversas y se hablaban muchos idiomas en Singapur como inglés, mandarín, otros dialectos chinos (hakka, teochew, etc.), malayo, indonesio y tamil, el idioma oficial seguía siendo el inglés, además de que tenían que presentar el examen TOEFL/IELTS/SAT para ser admitidos en la universidad. La llamó mentirosa y dijo: "Es imposible. El inglés solo se usa en Europa y Estados Unidos. Verás, los africanos hablan inglés en Estados Unidos y por eso llaman a los afroamericanos, lo mismo que a los asiáticos, estadounidenses". En ese momento se dio cuenta de que ir a los Estados Unidos para recibir una educación "mejor" puede que no fuera lo mejor en absoluto. Para los estadounidenses la historia del mundo cesó con la Independencia y solo transcurrió después en los Estados Unidos. Por no hablar de los mormones, que creen que Jesucristo vino a su América. Un estadounidense se burló de un británico una vez diciendo: "Os salvamos en la Segunda Guerra Mundial. Si no fuera por nosotros, todos estaríais hablando alemán". Le respondió que sí y que por eso estaba eternamente agradecido a la buena gente de Japón. Parecía confundido, no lo entendía, y le dijo: "Déjame explicarte: la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939. Vuestro país se sentó con el culo en la valla esperando a ver quién ganaría y, si no hubiera sido por el ataque japonés a Pearl Harbour en 1941, todavía estaríais sentados allí ahora. No nos disteis nada: nos prestasteis y nos llevó décadas devolver ese préstamo, así que gracias por todo". Es típico de Estados Unidos atribuirse el mérito de todo, incluso si no es la verdad. Una estadounidense que vivía en Alemania y que había estado hablando con una amiga en Estados Unidos se sorprendió al descubrir que la hora alemana estaba seis horas adelantada a la de su país, y luego se horrorizó de que Alemania no hubiera advertido a Estados Unidos sobre la tragedia de las Torres Gemelas, ya que Alemania se enteró seis horas antes que Estados Unidos. Después de todo, es encantador ver cómo los estadounidenses viajan a otros países y no se dan cuenta de que son extranjeros, al contrario que los canadienses, que son muy queridos y bien recibidos en todas partes. Para los de USA Estados Unidos es mejor en todo y básicamente todos los demás países copiaron a Estados Unidos, pero no los copiaron bien...
Un grupo de grasientos estadounidenses se quejaba porque después de pasar una semana en Austria todavía no habían visto ningún canguro. En China, como fruto del hartazgo de yanquis, hay letreros como "solo se permiten estadounidenses acompañados de un adulto" o, en los ferris y puentes, "capacidad: 10 personas o 3 estadounidenses". No extraña que en los EE. UU. sean tan brutos, ya que a los que van a la escuela los matan a tiros.
La verdad, no me extraña nada que los británicos, otros anglosajones, quieran ahora reingresar en Europa, con Gibraltar y todo. "Por eso lo llaman el sueño americano, porque hay que estar dormido para creerlo", dijo George Carlin. No es un país, es un negocio. Eso sí, son los mejores vendedores de humo del mundo. 37 millones de pobres y todavía siguen creyéndose sus cuentos y vendiendo y tragando humo, un humo muy especial, lleno de polución. La educación pública y gran parte de la privada está configurada para crear paletos integrales, y la televisión para inculcar publicidad tóxica. Y no hay garantías sanitarias de que la comida no lo sea. El gobierno lleva un registro de cuánto debes en impuestos, pero no te lo dice y tienes que pagar a alguien para que lo averigüe. Si no pagas la cantidad correcta, corres el riesgo de ir a la cárcel, pero si pagas de más, no pasa nada y no recibes un reembolso. ¡Y hay que seguir pagando impuestos incluso cuando hace años que no vives en Estados Unidos! Debes presentar declaraciones con regularidad en el extranjero, pero debido a la ley de exclusión de ingresos extranjeros, se deben pagar impuestos por encima de $126 000. Los impuestos sirven para tener un ejército descomunal, no una sanidad pública o unos transportes públicos decentes. Si estás obeso, lo estás en libras, no en kilos, y hasta los kilómetros son más largos y se llaman millas por su peculiar y nada internacional sistema métrico. Pagas propinas enormes por pedazos de una mala, grasienta, enorme y cancerígena comida. Casi nadie puede ir a la universidad sin endeudarse hasta la vejez ni ir al médico sin abocarse a la ruina. Salir a la calle es exponerse a un tiroteo. No hay subsidios de paro. En Estados Unidos, el único pan que se come es el pan lactal grasificado o "bimbo"; tiene tanta azúcar que en la Unión Europea se lo consideraría un pastel, y en barras se vende solo en sus escasísimas panaderías: tantas como las que hay en Asturias. Y el aburrimiento: EE. UU. está muerto; lo único que conciben como diversión son los deportes, de eso tienen mucho y son adictos a todos. El seguro de salud solo funciona cuando estás sano. La atención médica es una broma. El gobierno es una broma. La gente es una broma. La vivienda es una broma. Hay impuestos sobre la renta individual, sobre la renta corporativa, sobre la nómina, sobre las ganancias de capital, sobre las ventas, sobre los ingresos brutos, al valor añadido y los especiales, los sobre la propiedad y sobre la propiedad personal tangible, y sobre el patrimonio y las herencias. En EE. UU. no hay vacaciones ni derecho a permisos parentales ni algo parecido. Si bien muchos europeos pagan impuestos muy altos, ese dinero se destina a programas que los protegen y los ayudan. En Estados Unidos se paga más o menos lo mismo de impuestos, pero el gobierno no ayuda en nada, ni siquiera en caso de un desastre natural importante.
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