Nadie se ocupa de ellas, pero son las más terribles: la Porfiria de Günther, que te deforma la cara transformándote en una gárgola de película de terror, y que no sería tan espantosa si no diese tanto dolor; la Esclerosis múltiple, de la que no se sabe nada, ni siquiera cuándo te atacará ni con qué horribles síntomas, ni si sobrevivirás a ella; el gusano africano que deforma las piernas y los genitales sólo por beber agua contaminada. El Sida, que te impone el ostracismo social y la soledad irremediable. La Malaria, el Dengue, la Enfermedad del sueño.
Enfermedades que nadie estudia porque son producidas por una enfermedad todavía mayor: la Pobreza. Las medicinas están en los bancos.
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