Epístola a los Romanos, I, 29-31:
"Entregolos Dios a su mente insensata para que hicieran lo que no conviene llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, ahítos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados".
"Entregolos Dios a su mente insensata para que hicieran lo que no conviene llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, ahítos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados".
Apócrifo
ResponderEliminarUna vez hubieron quemado los ídolos, en la gran urbe se celebró la libertad y, por una noche, creyeron ser justos, rectos, altruistas, bondasos aseguran que no faltaron mujeres en la fiesta).
En las calles y plazas estamparon una retahila de sabrosos nombres que daban a la comunión de la carne y el espíritu.
Un ciego, que a dormir llegaba, quedó perplejo por el ruido y la armonía que sintió en sus adentros. Es imposible, verbalizó y, aunque pensó en franquear las murallas, prefirió el retiro. Nadie reparó en aquel extraño, nadie oyó la exclamación.