domingo, 24 de julio de 2011

Daniel Poohl habla sobre la ultraderecha

Gemma Saura, Barcelona, 24/07/2011

 "Daniel Poohl: "El discurso ultra ya no sonará igual. La ultraderecha dice a los musulmanes que son responsables de los ataques islamistas", dice el director de la revista sueca antirracista 'Expo' "El agresor noruego culpa al Gobierno de la islamización y el multiculturalismo"

El sueco Daniel Poohl es una de las personas que mejor conoce la extrema derecha en Escandinavia. Al frente de la revista Expo, fundada en 1995, en pleno auge de la música supremacista blanca en Suecia, por Stieg Larsson –a quien sustiuyó como director tras su muerte repentina–, lleva años investigando y denunciando desde sus páginas el avance ultra en Suecia y los países vecinos.

¿Le ha sorprendido el ataque en Noruega? ¿Creía capaz a la extrema derecha de cometer un atentado de esta magnitud?

Como a todo el mundo, la noticia me dejó sin palabras. Ahora bien, sabemos que el movimiento de extrema derecha tiene una ideología violenta, de hecho ya han cometido ataques terroristas antes. Lo que sí es una sorpresa es que el presunto autor no pertenece al movimiento neonazi sino al movimiento antimusulmán, que son dos cosas distintas. Los ataques terroristas son parte de la tradición política neonazi, no me hubiera sorprendido que de allí saliera el agresor. Pero el movimiento antiislam nunca ha hablado de cometer atentados. Esa es la novedad: un tipo que, según todo indica pertenece al movimiento antiislam pero se ha inspirado en el discurso neonazi.

El asesino noruego no ha matado a musulmanes.

McVeigh, autor del atentado de Oklahoma de 1995, era neonazi pero no mató a judíos sino que atacó al Gobierno. Anders Behring ha hecho lo mismo, concretamente al Partido Laborista, a quien responsabiliza de la supuesta islamización, del multiculturalismo, de la disolución de la nación noruega. Está castigando al sistema y a sus defensores.

¿Qué diferencia la ultraderecha en Noruega de sus vecinos?

En Noruega, que fue ocupada por Hitler, el movimiento neonazi es pequeño y está muy marginalizado; en Suecia es bastante vital. En cambio, por lo que respecta al movimiento antiislam, la situación es parecida. Tanto Dinamarca, Noruega como Suecia tienen partidos xenófobos en el Parlamento, y aunque cada uno tiene sus particularidades, todos se dedican a esparcir las mismas ideas antiislam, tanto desde la tribuna política como entre bastidores, con blogueros o opinadores en los medios de comunicación. Desde el 11-S ha habido una transformación del movimiento de extrema derecha, que ahora se erige en defensora de la democracia y la modernidad y todo aquello que se supone que los musulmanes no son. Son proIsrael, algo que tradicionalmente nunca había sido la ultraderecha europea.

¿Los musulmanes son los nuevos judíos?

El antisemitismo no ha desaparecido. La ultraderecha tiene muchas facciones. Por ejemplo, cuando en diciembre un refugiado iraqúí se hizo estallar en Estocolmo, una parte lo condenó como un ataque a Suecia, pero otros lo celebraron como un ataque a la consipración sionista internacional.

El Partido del Progreso, al cual perteneció Anders Behring, ha condenado el ataque y se ha desmarcado del asesino, expulsado precisamente por su extremismo. ¿Hasta qué punto podemos responsabilizar a un partido de lo que haga un loco por su cuenta?

Es difícil decirlo, es evidente que no se puede señalar sólo en una dirección. Pero este agresor formaba parte de un movimiento político, de donde sacó unas ideas que han inspirado su ataque. Y quiero recordar que cada vez que hay un atentado yihadista en el mundo, los partidos de extrema derecha europea, incluido el Partido del Progreso, son los primeros en decir que los musulmanes deben asumir su responsabilidad sobre esa violencia. Si ese razonamiento es válido, ahora ellos deberían hacer lo mismo.

Más allá de la ultraderecha, ¿quién más debería reflexionar sobre su responsabilidad?

Hay que mirar adelante, no buscar cabezas de turco. Pero debemos darnos cuenta que este movimiento político que inspiró al asesino supone una amenaza para nuestra sociedad. El viernes todo el mundo supuso que era un ataque islamista aunque no había nada que lo indicara. Nuestra imagen mental del terrorista no encaja con un rubio de ojos azules.

Bueno, la mayoría de atentados recientes en Europa han sido islamistas.

No en Noruega, por ejemplo. Pero automáticamente conectamos terrorismo con islam, y ya es hora de que lo superemos.

¿Cree que este atentado debilitará a la extrema derecha?

Es pronto para decirlo. Pero lo que está claro es que si los Demócratas de Suecia hablan mañana de la islamización de la sociedad no sonará igual a cómo lo habría hecho hace dos días. Quienes les escuchen sabrán que este es el mismo lenguaje que usaba el tipo que ha cometido una carnicería en Noruega

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