¿Fábrica de relojes en Ciudad Real?
10 Septiembre 2012
Carlos Muñoz de Luna
Lanza digital 9 Sep 2012
Hace unos meses un amigo me preguntaba por la Fábrica de Relojes de Ciudad Real que inicialmente relacionaba con el edificio de la Real Casa de la Caridad hoy Rectorado. La información le había llegado en primer lugar de un libro existente en la Biblioteca Entrambasaguas de la Universidad de Castilla-La Mancha que habla ampliamente de ella y da diversas citas bibliográficas que confirman su existencia.
Hace unos meses un amigo me preguntaba por la Fábrica de Relojes de Ciudad Real que inicialmente relacionaba con el edificio de la Real Casa de la Caridad hoy Rectorado.
La información le había llegado en primer lugar de un libro existente en la Biblioteca Entrambasaguas de la Universidad de Castilla-La Mancha que habla ampliamente de ella y da diversas citas bibliográficas que confirman su existencia. La fábrica funcionó en Ciudad Real a finales del siglo XVIII y es Madoz, en 1850, el que da una reseña amplia de la misma. Dice Madoz: “Cuando el Hospicio de Ciudad Real estuvo en auge, se estableció en la ciudad una fábrica de relojes, a la que concurrieron algunos jóvenes de los recogidos en el establecimiento. Organizó esta fábrica don Rafael Varona, vecino de la misma ciudad, en virtud de real gracia conseguida como autor de unos magníficos relojes que presentó en la Corte: era el local el taller del teatro”. Madoz nos indica la existencia de la fábrica a finales del siglo XVIII los pocos años que funcionó la Casa de la Caridad, pero también nos explica que la fábrica no estaba allí sino en el local del teatro.
Los relojeros de Ciudad Real
Paulina Junquera que escribió en 1954 el libro sobre Relojería Palatina habla de Rafael Varona del que dice que fue fundador y director de la Real Escuela de Relojería, que, como filial de la madrileña, se estableció en Ciudad Real, bajo la protección de Carlos IV. Dice de Varona que desplegó tanto celo, habilidad e inteligencia que el monarca le recompensó con el título de Relojero de Cámara honorario en 1800. En 1801 Rafael Varona se dirige al Ministro de Marina y se presenta como “relojero honorario de S.M y director de la Real Fábrica establecida en Ciudad Real, en la cual construía todo género de relojes de bolsillo, sobremesa, péndulo, etcétera…”.
Después de Rafael Varona, trabajó en Ciudad Real el suizo Antonio Mathey, que había venido a España, por la solicitud del rey y recomendado por el conde de Aranda, embajador de España en Paris. Mathey estuvo en Ciudad Real durante ocho años para trasladarse posteriormente a Toledo. El Rey, por la buena dirección que había realizado en la Escuela de Relojería de Ciudad Real, le recompensó con 24 reales diarios de gratificación. Fernando VII le confirmó esta pensión que disfrutó hasta su muerte en mayo de 1823. Desde 1798 fue maestro también en la Escuela de Ciudad Real Vicente Taracena. Estuvo en Ciudad Real, se había formado primero en la Escuela de Madrid y después continuó su formación en la de Ciudad Real hasta llegar a ser maestro en la misma.
Otro relojero que estuvo en Ciudad Real fue Blas Muñoz que trabajó en la Escuela de Relojería durante tres años hasta que marchó a Paris. Natural de Madrid donde empezó su aprendizaje a los 12 años ganando a los 16 un premio en la Sociedad Económica Matritense. A los diecisiete años será elegido para trasladarse a Ciudad Real donde enseñaba a los alumnos que realizaron obras importantes. Estas actuaciones se mostraron al rey cuando fue llamado por Mazarredo para ir a Paris como pensionado con Agustín Albino. Allí estará desde 1801 hasta 1806.
El libro de Luis Montañés Fontela “Relojes españoles”. Capítulos de la Relojería en España, Relojes olvidados y Museo Español de antigüedades termina su relato del capítulo titulado ¿Relojes en Ciudad Real?, diciendo: Rafael Varona, Antonio Mathey, Vicente Taracena y Blas Muñoz. ¿Qué ha sido de la obra de estos hombres realizada en Ciudad Real?.
Pero, ¿dónde estaba la Fábrica de relojes? Porque Madoz habla simplemente del taller del teatro.
La Fábrica de relojes de Ciudad Real
Por casualidades de trabajo, otro compañero me comenta la investigación que está realizando sobre el local del Teatro de Ciudad Real de finales del siglo XVIII.
Don Inocente Hervás y Buendía dice que en Ciudad Real se construyó el Primer corral de Comedias por el artista Rafael Barona en 1779.
En el libro Capitular de 1779 del Ayuntamiento de Ciudad Real que encabeza su portada con “Jesús… María… Josef… Josef y Ana que todo lo sanan”, se habla del escrito presentado por el vecino Rafael Varona, solicitando permiso para hacer un local de teatro en Ciudad Real siempre que se garantice que en quince o veinte años no se concederá otra licencia para ello. Ya entonces se pedían exclusivas y condiciones de los emprendedores.
Expone las condiciones económicas de funcionamiento del local y cómo piensa construirlo. El corregidor don Francisco Toral y los justicias don Tomás Palacios, don Manuel Josef García, don Josef Antonio Díaz, varios diputados de lo común y el secretario Manuel Dávila Muñoz dan el permiso exigiendo condiciones de seguridad para los usuarios y público que asistan a las representaciones. Sin embargo en toda esta tramitación no hay referencias a su localización. Según Gerardo Pérez de Madrid la ubicación de este teatro tiene relación con las propiedades de Rafael Varona.
Según el Catastro de la Ensenada en 1741 Rafael Varona poseía unas casas en la colación del Sr. San Pedro, calle de San Juan de Dios, lindando con las de Francisco García Baquero y con el molino de zumaque de don José de Torres. En un documento de 1850 se establece la venta a favor de don José Antonio Ruiz de una casa en “esta población y su calle del Jaspe, conocida por el Coliseo, porque antes fue teatro de esta Capital” por trescientos mil reales de vellón. Pocos meses después Jose Antonio Ruiz vende la casa, habiendo demolido el teatro.
La fábrica de relojes de Ciudad Real estuvo pues en la calle del Jaspe en el local del teatro que construyó don Rafael Varona. Unas instalaciones que debían ser de gran sencillez y que convivían con las representaciones que se celebraban en ese espacio. Luis Montañés preguntaba por la obra que realizaron estos expertos relojeros en Ciudad Real. Inocente Hervás nos da una referencia de ello cuando dice que “la fábrica de armas instalada en 1575 despareció adquiriendo en cambio la de relojería. Blas Muñoz, natural de Madrid, estableció en esta ciudad una fábrica de relojes, construyéndose en ella el de la iglesia de San Pedro, por encargo del ayuntamiento, el que colocó en marzo de 1779”. A las instalaciones de Rafael Varona asistían entre seis y ocho jóvenes de la Real Casa de la Caridad para aprender el oficio en esas instalaciones.
Poco a poco el rompecabezas de los relojes y el teatro y la Real Casa de la Caridad se ha ido componiendo. Por la búsqueda de los relojes y del corral de comedias hemos encontrado el punto de unión de esa sencilla fábrica que funcionó en Ciudad Real a finales del siglo XVIII por la iniciativa de Rafael Varona y la presencia de notables relojeros en sus humildes instalaciones.
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