miércoles, 19 de marzo de 2008
El profesor de las cuarenta puñaladas
Resulta que en Alcalá de Henares han incendiado una casa con un profesor de instituto dentro. Querían ocultar un crimen: le habían dado cuarenta puñaladas con el afecto que es de suponer. Por lo menos ahora no tendrá que dar clases, el pobre, que Dios tenga en su gloria; esto de la enseñanza, que a veces parece una ensañanza, se está poniendo peligroso, no ya en el propio lugar de trabajo, que a veces parece un manicomio abierto por los cuatro costados y donde pasean alumnos con armas automáticas, sino en la propia casa de uno, a la que acuden los asesinos para matar algo con su rabo cuando no tienen nada que hacer. El profesor es lo que tiene: siempre que hay alguna guerra civil, son los primeros en morir, junto a toreros, curas y poetas líricos.
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