miércoles, 4 de marzo de 2009
Un amante ciudarrealeño de Jacinto Benavente
Esta persona era de familia de periodistas y chauffeur de don Jacinto; llegó a Madrid en 1909 y al parecer le hizo tilín al dramaturgo, hasta el punto de transformarse en su secretario, administrador y amante; pero resulta que don Jacinto fue a hacer un viaje por Europa y no se lo llevó, y el amante, despechado, urdió un robo en su casa con otros compinches en que desapareció parte del dinero que el Nobel le había confiado, y este no le volvió a dirigir la palabra, porque desde el primer momento no se creyó la superchería. Las joyas fueron recuperadas en 1931 en la frontera de Portugal y hubo proceso legal, que consta, en 1934. Uno de mis corresponsales posee algunas cartas de Benavente a su amante que pueden tener algún interés social y literario al respecto. Este verano se acercará por aquí y lo veremos.
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