M. era madrileño pero residía y tenía tierras en Ciudad Real con sus hijos, que nacieron aquí y fueron ingenieros y eruditos también. Sus hijos, en sus muchos viajes, le traían piezas para su colección arqueológica y libros. Entre otros estudios, dedicó algún tiempo a la iconografía romana. Por ejemplo, según él, el sistro, el canastillo de flores y el ibis representan a Egipto; las espigas a Alejandría; el hipopótamo y el cocodrilo, al Nilo (quizá por el Behemot y el Leviatán de Job); el caballo a Mauritania; el escorpión a África; el conejo a España; el broquel y la pica a Gran Bretaña; la lanza a Alemania; la serpiente o el timón y la proa a Asia; el monstruo marino a Sicilia; el cuerno de la abundancia a Italia; el Paladión a Roma; águila legionaria y montañas sobre que está sentada, la Dacia.
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