Tica Font es Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz y miembro del Centre Delàs d’Estudis per la Pau
Saul Alinsky (1909-1972) fue un destacado activista social y pensador estadounidense, considerado el “padre” del community organizing, una corriente estadounidense de organización comunitaria. Fue fundador de la Industrial Areas Foundation, organización con presencia en todo EEUU, que cuenta en nuestros días con miles de socios e inspiró a muchos activistas y muchas campañas. Alinsky participó en la organización de los guetos negros de Chicago y Nueva York.
Sus métodos de acción no tenían una gran base teórica, sino que se guiaban por la premisa de que enseñar a las comunidades pobres a cómo podían organizarse, no solo les restauraba su dignidad, sino que les permitía enfrentarse eficaz y estratégicamente a los poderosos. En 1971, escribió Tratado para radicales con el fin de condensar estos saberes acerca de cómo conectar con la gente y cómo poner en marcha tácticas y campañas divertidas y siempre eficaces. Once reglas o recetas sintetizan sus enseñanzas, fruto de las batallas más exitosas llevadas a cabo, no solo en su experiencia anterior de los años 40 y 50, sino también por las llevadas a cabo por la generación rebelde la América de los años 60 (de las luchas por los derechos civiles y las protestas contra la Guerra de Vietnam).
Alinsky tenía una profunda fe en la democracia americana, pero no era un ingenuo. Las cosas no se conceden sin pelea. Sabía que los oprimidos o los explotados tenían que enfrentarse de forma inteligente a los poderosos, que corrompían los valores de esta democracia y aprovechaban sus reglas del juego para sus fines de dominación y explotación. Sus métodos de lucha eran no violentos y radicales. Radicales en sus intenciones: ir a las raíces y no a los síntomas y en sus tácticas: identificar al contrincante, al poderoso, al explotador, acosarle sin tregua y batirle sin piedad. A la vez, ganarse la confianza de la comunidad, sacarla de la apatía, implicarla en el activismo y enseñar a organizarse eficazmente frente a los enemigos.
“Si tu función es atacar la apatía y llevar a la gente a participar, es necesario atacar los patrones preexistentes de vida organizada en la comunidad. El primer paso en la organización comunitaria es la desorganización comunitaria”.
La influencia de Alisky sigue siendo relevante hoy en día. David Axelrod y David Plouffe dirigieron la campaña electoral del 2008 de Obama y se incorporaron después como asesores en la Casa Blanca. Los dos son firmes discípulos de Alinsky y están enamorados de sus tácticas, en concreto de la táctica nº11. Hillary Clinton realizó su tesis de licenciatura sobre la obra de Alinsky. Sus tácticas de movilización han sido imitadas hasta por el Tea Party.
Hay un sentir muy amplio de la población que está convencida de que vivimos un momento clave para propiciar cambios que renueven la democracia y las relaciones de poder. Para ello, no solamente tenemos que definir con claridad qué clase de cambios queremos, sino que hay que pensar y diseñar una estrategia para conseguirlo. Las tácticas de Alinsky ya han demostrado su éxito. Pensemos en ellas e intentemos utilizarlas. Como el propio Alinsky nos decía, las cosas no se conceden, no se regalan, se conquistan y para ello hay que trabajar, hay que pelear.
Regla 1: El Poder no es solo lo que tienes, sino lo que tus oponentes creen que tienes.
Regla 2: Nunca vayas más allá del campo de experiencia de vuestra gente. Cuando, de hecho, una acción es ajena a su experiencia, provocáis confusión, temor y repliegue.
Regla 3: Siempre que sea posible, ve más allá y salid del campo de experiencia de vuestro oponente. Así le causarás confusión, temor y abandono.
Regla 4: Provoca que tus oponentes no vivan a la altura de su propio libro de reglas. “Por ahí los podrás pillar, ya que no podrán seguir obedeciendo sus propias reglas, así como la iglesia cristiana no vive a la altura del cristianismo”.
Regla 5: El ridículo es la más potente arma del hombre. Es difícil contraatacar el ridículo.
Regla 6: Una buena táctica es aquella que divierte a tu propia gente. “Si tu gente no se lo está pasando muy bien, hay algo que falla o no funciona en tu táctica”.
Regla 7: Una táctica que se alarga demasiado, se convierte en una lata.
Regla 8: Mantén la presión. Usa diferentes tácticas y acciones y usa los sucesos del periodo en tu provecho. “La premisa mayor de las tácticas es el desarrollo de operaciones que mantendrán una presión constante sobre la oposición, que le llevará a reaccionar a favor tuyo”.
Regla 9: La amenaza, por lo general, asusta más que la propia acción.
Regla 10: El precio de un ataque exitoso es disponer de una alternativa constructiva. “Evita ser atrapado por un oponente o un entrevistador que dice: ‘eso está bien, pero ¿y tú qué harías?'”.
Regla 11: Escoge el objetivo, congélalo, personalízalo, polarízalo y concéntrate al máximo. No intentes atacar empresas o administraciones abstractas. Identifica a un responsable individual. Ignora los intentos de desplazar o dispersar la responsabilidad.
Según Alinsky, la principal tarea del activista u organizador es acosar a un oponente hasta que reaccione.
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