Juan Gómez "Un millón de empleos salvados en Alemania. Alemania ha aplicado el 'kurzabeit', un programa de subsidios a empresas para no despedir", El País
Berlín 5 de mayo de 2013
En 2009, el Producto Interior Bruto (PIB) alemán sufrió una brutal caída del 5% que, sin embargo, no provocó un desastre acorde en el mercado laboral. La gran coalición (2005-2009) entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel y el partido socialdemócrata de Alemania (SPD) aprobó un ambicioso programa de subsidios a las empresas que evitaran despedir a la mano de obra sobrante. El llamado kurzarbeit supone la reducción total o parcial de las horas de trabajo para una parte de la plantilla de las empresas que lo soliciten por problemas económicos. La Agencia Federal de Empleo suple las pérdidas salariales (totales o parciales) en un 67% o 60%, según los trabajadores afectados tengan o no niños u otras personas a su cargo. El trabajador sigue en la nómina de la empresa y no cuenta en las estadísticas de paro.
En el año de la gran recesión, el período máximo para obtener estos subsidios se prolongó hasta los 24 meses. Con la recuperación fueron acortándose los plazos: en 2010, las empresas podían pedir el subsidio por 18 meses. En 2011, por 12 meses. En 2012 quedó en 6 meses. El fuerte enfriamiento económico de finales del año pasado llevó a la actual coalición de centroderecha a alargar el plazo hasta los 12 meses otra vez.
El número de empresas solicitantes también ha ido variando con los vaivenes económicos. En 2009 y 2010, el número de trabajadores afectados por la medida llegó a rondar el millón. Cayó hasta los 40.000 en 2012, pero el retroceso del PIB a finales del pasado año provocó un repunte drástico hasta los 106.000 de enero y los 102.000 de febrero.
Los sindicatos, la patronal y los principales partidos políticos apoyan estos subsidios como receta contra el paro. Las empresas se evitan perder trabajadores bien formados, experimentados y ya hechos a los procesos internos de la compañía. Los empleados se evitan el golpe del desempleo y el engorro de buscar trabajo en tiempos de problemas económicos. Los partidos evitan la alarma social y el descontento que provoca el aumento del paro.
Su principal pega es que el kurzarbeit solo vale para trabajos especializados con sueldos acordes a la productividad. No habría evitado la destrucción masiva de empleo provocada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria española, porque la mayoría los puestos perdidos eran de escasa especialización. Las empresas afectadas pueden despedir a estos trabajadores sin un gran esfuerzo económico desde la reciente reforma laboral española y, en el caso aún lejano de que las cosas vayan mejor en el sector, contratar otros trabajadores con sueldos más bajos que los de los años del boom.
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